Dossier
“Prácticas públicas de la historia.
Contextos locales, diálogos globales”
DOI: https://doi.org/10.22517/25392662.24645 - pp 278-292
Te cuento mi historia: relatos en cuarentena
I tell you my story: stories in quarantine
Recibido: 5 de febrero de 2021
Aceptado: 11 de mayo de 2021
Valeria Miranda Gutiérrez1
valeriamiranda@javeriana.edu.co
https://orcid.org/0000-0001-5510-4630
Edison Arley Vergara Marín2
Resumen
El presente texto expone las experiencias del trabajo colaborativo en el desarrollo del proyecto Te cuento mi historia: educación rural en San Vicente Ferrer. Proyecto realizado entre los niños(as) y coordinadores(as) de Casita Rural y el Semillero de Historia Audiovisual (SHA). Con este proyecto se buscó entender y reconocer los procesos de educación complementaria rural llevados a cabo por casita rural en la vereda la Porquera, San Vicente Ferrer, Antioquia; además, explorar el aporte de las herramientas audiovisuales en dichos procesos y en el fortalecimiento de la construcción de memoria.
Palabras clave: Casita Rural, historia pública, memoria, herramientas audiovisuales, historia colaborativa.
Abstract
This article exposes the experiences of collaborative work in the development of the project Te cuento mi historia: educación rural en San Vicente Ferrer. Project performed among the children and coordinators of Casita Rural and the Semillero de Historia Audiovisual (SHA). This project sought to understand and recognize the rural complementary education processes carried out by Casita Rural in the village of La Porquera, San Vicente Ferrer, Antioquia; in addition, explore the contribution of audiovisual tools in these processes and in strengthening the construction of memory.
Keywords: Casita Rural, public history, memory, audiovisual tools, collaborative history.
Introducción
El semillero de historia audiovisual (SHA), desde la influencia de la historia pública como perspectiva teórica que fundamenta las investigaciones realizadas por los integrantes, ha sido un espacio de experimentación y creación en el que hemos buscado vincular el quehacer del historiador y la participación de sectores más amplios y diversos de la sociedad por medio del uso de herramientas audiovisuales. Cuando señalamos la historia pública como eje, buscamos «una historia hecha con el público»1. Es decir, nuestro objetivo es vincular directamente a la comunidad beneficiada en el proceso de creación de aproximaciones sobre el pasado. Esto se evidencia en la ejecución de proyectos colaborativos, en los que el semillero aporta una visión o alternativa narrativa y de reflexión desde las herramientas audiovisuales como potenciadoras de las iniciativas propias de las comunidades.
De esta forma, en el semillero buscamos crear proyectos desde la perspectiva teórico- metodológica de la investigación colaborativa, ya que esta propone la producción de conocimiento entre la academia y las comunidades sin imponer una interpretación específica. Teniendo en cuenta que, dentro de todo el proceso, tanto las comunidades como los estudiantes y profesionales de historia del semillero son agentes activos en la producción de conocimiento histórico2. Este panorama teórico metodológico apoya el trabajo del semillero porque permite generar un diálogo de saberes continuo entre la academia y la comunidad, reflejado en la implementación de metodologías novedosas para la investigación histórica.
Para el quehacer del semillero, es así como el público tiene un papel fundamental, pues siguiendo los lineamientos de la historia pública y las actividades del semillero pueden eliminar las fronteras de los historiadores profesionales y el público en el acercamiento a la historia3. Entendemos la historia pública como la historia de la gente, hecha con el público para el mismo público que impacta, por esto cada proyecto del semillero lo planteamos con las especificidades de cada contexto y buscamos la contribución activa de los participantes del proyecto.
Sobre el uso de metodologías novedosas, nos gustaría destacar un proyecto en el que el semillero participó, llamado Imágenes y usos públicos de la sociología y la historia: procesos de apropiación de memorias con los grupos étnicos del Valle del Sibundoy y la Sierra Nevada4. Esta investigación tuvo como objetivo crear exposiciones por medio de la museología social en las comunidades indígenas inga, kamentsá y arhuaco, afectadas por las misiones capuchinas de finales del siglo xix. Nosotros participamos en la formulación de los talleres de memoria y en el apoyo de los talleres de creación de las piezas fotográficas y audiovisuales que fueron parte de la exposición de las comunidades inga y kamentsá en el Valle del Sibundoy.
Además, nos gustaría mencionar un par de iniciativas externas al semillero que nos dan luces sobre el trabajo de la memoria histórica con niños, ya que, a pesar de enfocarse en el conflicto armado, nos da luces sobre herramientas aplicables en distintos contextos. El primero es un cuento del Centro Nacional de Memoria Histórica, llamado Un largo Camino5. El cuento es una herramienta pedagógica que busca explicar a los niños de todo el país el fenómeno de desplazamiento forzoso. Este texto viene acompañado por la cartilla Guía de acompañamiento para el cuento un Largo Camino6, dirigido a los docentes que apoyen el proceso pedagógico sobre el tema del desplazamiento. La cartilla pretende que el lector viva una experiencia transformadora, más allá de la narración, que evoque recuerdos o momentos para generar aprendizajes sobre la memoria colectiva del conflicto armado colombiano.
La segunda iniciativa es la de la Fundación Disparando Cámaras por la Paz una propuesta de trabajo con niños y niñas de altos de Cazucá, Soacha, víctimas del conflicto armado (desplazamiento forzado). Se presenta como un canal o espacio en el que los niños pueden expresar sus sentimientos y emociones, y se busca además plantear alternativas de proyectos de vida para estos jóvenes. Esto usando la imagen y la fotografía como herramienta de trabajo. Esta iniciativa nos permite ver o acercarnos al uso práctico de las imágenes en el trabajo con niños, y sus talleres «Autorretratos» y «El lugar que habito» nos permiten tener un acercamiento con el diálogo que hay entre lo individual, lo colectivo y lo histórico7.
Cabe señalar que como parte del proceso y de nuestro objetivo, el lenguaje que usaremos será menos académico y más narrativo. Por ende, proponemos el presente como un «artículo interactivo», que recoge las experiencias de trabajo que surgieron en este espacio de experimentación y producción que llamamos: Te cuento mi historia: educación rural en San Vicente Ferrer.
Lo que encontrarás a continuación será (1) un contexto que presenta el encuentro entre el SHA y Casita Rural, (2) el proceso de formulación que va desde la aplicación y la convocatoria hasta los reajustes necesarios tras el confinamiento por el covid-19, (3) un apartado sobre la memoria y el enfoque que tuvo en el proyecto y (4) las conclusiones.
Este artículo busca que te sumerjas en el proceso, productos y voces que participaron en este proyecto. Para esto te recomendamos que descargues alguna aplicación para leer códigos QR en caso de que tengas un celular Android, y si tienes un equipo ios podrás acceder con solo la cámara del equipo.
Contexto
Casita Rural fue un nombre que llegó a nuestros oídos como una coincidencia, llegó casi como un chisme: «¡Mira lo que encontré! En una vereda de tu pueblo unos niños escribieron y publicaron un libro». Así nos encontramos con Silvestre, por medio de una noticia que nos llegó de casualidad.
Silvestre es el producto de una serie de talleres de lectoescritura realizado a niños de algunas veredas del municipio San Vicente Ferrer ubicado en el oriente antioqueño. Este libro nos llamó tanto la atención que decidimos consultar qué era Casita Rural. Y encontramos una biblioteca rural que hace las veces de refugio para niños, en la cual pueden aprender, expresarse, jugar, descubrir y crear, un espacio donde los niños son escuchados.
Desde ese día nos intrigamos por saber un poco más de este proyecto, de esta casita levantada en el campo y de la que había salido una obra como Silvestre. El interés llegó a tal punto que decidimos acercarnos a ellos, contactarlos y proponerles un trabajo desde la historia y los medios audiovisuales.
Formulación
Así nació Te cuento mi historia8: educación rural en San Vicente Ferrer, un proyecto que presentamos en el marco de la convocatoria para semilleros puj 2019. ¿Nuestro objetivo? Desarrollar un trabajo colaborativo para apoyar los procesos de educación complementaria que realiza Casita Rural, desde el aporte que podrían ofrecer las herramientas audiovisuales. Este proyecto lo pensamos desde la línea pedagógica del semillero que consiste en construir de manera conjunta una aproximación al conocimiento histórico usando los medios audiovisuales como herramienta de registro y experimentación, lo que permite llegar a nuevos públicos y facilita la comunicación y apropiación de conceptos, creando en el proceso metodologías de trabajo acordes a los intereses de los participantes.
Desde el principio queríamos construir con los niños de Casita Rural una aproximación al pasado, para que ellos se apropiaran de él, de su memoria y de su historia, y que de esta manera pudieran aproximarse críticamente a las problemáticas que los afectan, y posibilitar que se entendieran como actores capaces de transformar su entorno.
Para tal fin planteamos tres fases de trabajo, cada una tenía el objetivo de aportar elementos para la construcción de una pieza en la que pudieran contar sus historias, usando el concepto de memoria como eje transversal de trabajo y como punto de reflexión; a la vez se introducían nociones básicas de producción audiovisual.
- Primer taller: Acercamiento a los niños desde el concepto de memoria individual. Un taller que permita aproximarse a la manera como los niños se entienden a sí mismos dentro de su entorno. Aquí buscamos que ellos expresen sus intereses y gustos.
- Segundo taller: Corresponde a la memoria colectiva como forma de relacionamiento de cada niño con sus compañeros, según sus experiencias compartidas y sus semejanzas y diferencias, en un ejercicio de tolerancia continua.
- Tercer taller: Pretende hacer una reflexión del pasado de cada niño y de su familia, según la memoria histórica que cada uno tiene por ser parte de la comunidad de San Vicente Ferrer.
Primera fase
El viernes 14 de febrero del 2020 iniciamos el viaje a San Vicente con la ilusión de por fin llevar a cabo el primer encuentro con los niños de Casita Rural después de un largo proceso de formulación y aprobación. En la mañana del sábado 15 de febrero llegamos a la vereda la Porquera y se llevó a cabo el primer taller, que tuvo una duración de 4 horas, asistieron 15 niños y niñas. Este primer encuentro tuvo tres momentos:
- Introducción / presentación: Hablamos sobre la fotografía y las imágenes como representación y vehículo de la memoria, así le entregamos a cada niño una cámara invisible para que la decorara y practicara algunas nociones básicas de fotografía (figura 1).
- Ejercicio de fotografía: Se definieron los grupos de trabajo y salieron a tomar fotografías por todo el espacio con cámaras profesionales. Acá buscábamos identificar temas de interés desde la exploración de su entorno con la libertad de tomar fotos sin ningún límite. También con el objetivo de que experimentaran con las cámaras. Esta actividad fue fundamental para que los niños se sintieran más cómodos a la hora de poner en práctica las nociones aprendidas en la primera sección (figura 2).
- Escaleta: Para el cierre, cada equipo se reunió para crear una especie de escaleta en la que, usando las fotos tomadas por ellos y una introducción sobre géneros narrativos, montaron la historia que querían contar, especificando los espacios, personajes, sonidos y acciones de los personajes. Cada grupo presentó su historia y así se cerró esta primera fase (figura 3).
Segunda fase
Con los buenos resultados llegamos motivados a pensar el segundo taller. Así que planeamos el segundo viaje pensando en trabajar dos días, el 28 y 29 de marzo. Con el objetivo de materializar las historias, crear maquetas, dibujos y grabar las actuaciones. Pero el rumbo del proceso cambió debido a la emergencia sanitaria generada por el covid-19. Se cancelaron las actividades y nuestro plan inicial.
Adaptación
Todo parecía haber quedado en pausa, el virus no dio tregua y volver al territorio era tarea imposible, no había forma de interactuar con los niños. Pero en Casita Rural no se quedaron quietos. Y acá recalcamos la importancia que tiene este espacio para los niños, ya que de manera casi inmediata conectaron remotamente a los niños y decidieron dotar a los niños con tabletas y tarjetas sim con internet y así continuaron con sus talleres.
Acompañados y guiados por Casita Rural, replanteamos el proyecto y en conjunto desarrollamos unas cartillas con el objetivo de darle continuidad a las actividades del primer taller. Así nos conectamos una vez a la semana con los niños vía WhatsApp. Pero rápidamente y en varias ocasiones nos vimos en la necesidad de cambiar y replantear nuevamente las actividades para ganarnos la atención de los niños.
Los héroes y heroínas silvestres
El canal de comunicación usado para realizar las sesiones del proyecto y tener contacto con los niños fue un grupo de WhatsApp que llamamos Los Héroes Silvestres, nombre que hace referencia a Silvestre9, el libro que hicieron los niños y desde el cual nos basamos para desarrollar las actividades de la cartilla (figura 4). Al usar esta referencia al trabajo que habían hecho con Silvestre, queríamos motivarlos a reflexionar y participar activamente.
También aprovechamos este concepto para enfocarnos en contar las experiencias que estaban viviendo en el contexto de la cuarentena, y usar Silvestre como la oportunidad para que ellos se conocieran un poco mejor a ellos mismos, y nosotros poder conocerlos y profundizar en su cotidianidad. Y siempre tratando de reflexionar sobre los diferentes niveles de la memoria: memoria individual, para que se reconocieran a sí mismos; memoria colectiva, para que se conectaran con sus compañeritos y entorno, y memoria histórica, para que se reconocieran como actores que aportan a la construcción de una historia e identidad.
¿Por qué hablamos tanto de memoria?
Antes de continuar con el resto del proceso nos gustaría hablar brevemente de por qué hablamos de memoria. Como has visto la palabra memoria aparece constantemente y ha sido el concepto articulador del proyecto. Desde el principio consideramos que hablar de memoria era importante, ya que esta capacidad que tenemos los seres humanos para almacenar y codificar información está presente en cada uno de los momentos de nuestras vidas, siendo una capacidad que se desarrolla de manera particular en cada persona.
Pero la memoria va más allá de solo la vida individual y se desarrolla no únicamente en un ámbito privado, sino también en el espacio colectivo e histórico, esto debido a que al estar individualidad «se enraíza dentro de los marcos de la simultaneidad y la contingencia. La rememoración personal se sitúa en un cruce de relaciones de solidaridades múltiples en las que estamos conectados»10. Por ende, consideramos que este concepto en sus diferentes niveles (individual, colectivo e histórico) nos podía ayudar a entender los procesos que se viven en Casita Rural. Desde lo que viven los niños en sus vidas cotidianas hasta lo que viven cuando comparten en este espacio.
Teniendo entonces el concepto de memoria como eje transversal del proyecto, decidimos llevar a cabo las actividades, al principio implícitamente, en las que predominaba más la reflexión, y posteriormente decidimos hacerlo explícitamente, hablando directamente sobre los temas, como lo veremos en los siguientes apartados.
Memoria individual
Entendiendo la memoria individual como aquella propia de los sentimientos… Para este apartado nuestra intención fue acercarnos a esa individualidad de los niños, algo que vimos, por ejemplo, en el proyecto de fotografía social de la fundación Disparando Cámaras por la Paz, con el taller «Autorretratos», en el que desde la fotografía se buscó explorar la experiencia vivida para «indagar sobre la percepción que los niños y niñas tienen sobre sí mismos»11.
Iniciamos con las actividades de la Guía del Héroe Silvestre, siendo los contenidos de esta publicación los ejes de reflexión. Propusimos que esta cartilla funcionara como una bitácora para que los niños pudieran recoger sus vivencias en la cuarentena. Usamos palabras clave trabajadas en Silvestre, como valentía, justicia, fortaleza, debilidad, sueños, héroes y miedo. Con esto pudimos enfocarnos en la memoria individual, buscando que los niños se reconocieran a sí mismos y expresaran lo que sentían por medio de dibujos, poemas y cuentos. Así, la cuarentena se presentó no solo como una calamidad que los afectaba, sino que les permitió reconocerla como esa oportunidad para conocerse a sí mismos, adaptarse a los cambios propios de la vida humana y a pensar en cómo esto los puede fortalecer.
Memoria colectiva
En resumidas cuentas, entenderemos la memoria colectiva como la que se da en medio de las interacciones sociales, aquella que se construye en comunidad. Por ejemplo, en el caso de la experiencia de la fundación Disparando Cámaras por la Paz, desde los aspectos individuales de cada niño, y con el desarrollo del taller «El lugar que habito», nos acercamos a los contextos en que viven y con ese reconocimiento del entorno se «aporta en el desarrollo de habilidades sociales que construyen memoria colectiva»12, y eso era lo que buscábamos explorar, cómo lo individual nos puede ayudar a entender un contexto o entorno más amplio, lo colectivo.
Para ello, trabajamos la memoria colectiva desde la introducción de conceptos de la creación audiovisual. En primera instancia, hablamos de la imagen y la enfocamos a cómo la imagen nos puede ayudar a describir emociones, sentimientos y de esta forma crear historias. Para explicar la importancia de las imágenes, hicimos un ejercicio en el que cada participante mandaba una imagen que explicaba cómo se habían sentido durante la cuarentena, al mandar esas imágenes por el grupo y discutirlas entre todos fuimos notando elementos comunes.
De esta manera la memoria individual de cada niño durante la cuarentena pasó al ámbito colectivo al ser una experiencia que están viviendo todos y la comparten tanto en las sesiones del sha como los otros talleres de Casita Rural. Con los dibujos que hicieron en el taller y los audios que reflejan la conversación y puntos de unión de la percepción de los niños sobre el virus y la cuarentena creamos un primer video sobre la memoria colectiva.
En segunda instancia, explicamos el tema del audio como complemento a las imágenes que podemos observar en las piezas audiovisuales y que como herramienta nos permite contar, narrar o comunicar. Como ejemplo realizamos un ejercicio sobre imagen y sonido que consistió en retarlos a que primero dibujarán y luego nos contarán para ellos que era un gurre, nombre con el que tradicionalmente se conoce en San Vicente Ferrer a los armadillos, siendo un animal muy importante en la identidad de los sanvicentinos y al que incluso se le tiene una estatua a la entrada del pueblo. Esta actividad nos permitió conocer un poco más esa interacción de los niños con su entorno, su identidad y su territorio. Como resultado se realizó un video en el que los niños de Casita Rural nos cuentan un poco más sobre este animal.
Memoria histórica
Finalmente presentamos la memoria histórica como acumulación de acontecimientos pasados que buscan responder quiénes somos y de dónde venimos. Pero más allá de esta noción cabe mencionar la necesidad de que los niños entiendan que tienen un papel fundamental en sus cotidianidades; es decir, que se entiendan como actores activos de transformación social, lo cual permite que estos niños se entiendan y reconozcan como seres históricos que son parte de todo un entramado cultural y de relaciones sociales13, en las que el pasado también se ve reflejado en ellos, claro está un pasado adaptado a sus presentes14.
Por ejemplo, el elemento que resaltó mientras trabajamos la memoria colectiva fue la identidad que comparten los niños por habitar San Vicente, así que para hablar de memoria histórica planteamos ejercicios que permitieran que los niños interactúan con el pasado de su territorio y lo conectarán con el presente. Por ejemplo, compartimos imágenes de la iglesia del municipio en distintos años para evidenciar el cambio del edificio con el paso de los años. También hablamos de los caminos y los medios de transporte como la chiva, siendo un transporte usado en San Vicente, y en general en la gran mayoría de zonas rurales del país, y que sigue vigente como medio de transporte. Finalmente, quisimos trabajar los conceptos de historia y memoria de manera explícita al preguntarle a los niños en dos sesiones distintas sobre qué entendían ellos por memoria e historia.
En primer lugar, preguntamos: ¿Qué es la historia? La respuesta en la que varios niños coincidían es que la historia es una narración de hechos y personajes del pasado. Por ejemplo, Juan Manuel Vasco respondió que la historia es lo que su mamá le había contado, que cuando ella era chiquita se tuvo que salir del colegio para poder trabajar y que por eso era importante que él y sus hermanas aprovecharan el estudio. En este sentido, Juan Manuel nos contaba la historia de su mamá, y expresa cómo la experiencia de ella le sirve para reflexionar, en este caso, sobre la importancia de estudiar. De igual forma, los niños respondieron que la historia es importante porque nos permite aprender, estar informados de lo que pasó hace mucho tiempo y porque nos ayuda a recordar relatos del pasado que nos explican situaciones en el presente.
Y finalmente tuvimos una sesión para dialogar sobre el concepto que había articulado el proyecto, la memoria. Primero les preguntamos a los niños: ¿Qué creen que es la memoria? Ellos respondieron que es la forma de recordar, que es importante porque tenemos recuerdos con nuestra familia, nuestros amigos, cosas que recordamos y que la memoria son los recuerdos que nosotros guardamos o tenemos en nuestra mente. Luego de socializar esas apreciaciones de la memoria, hicimos un ejercicio de memoria en el que recogiendo estas respuestas los niños reflexionaban sobre la importancia de tener claros estos conceptos y cómo los mismos se materializan haciendo parte de nuestras vidas y a veces pasando desapercibidos, como las fotografías. A partir de esto nos contaron algunas historias y recuerdos que tenían a partir de fotografías que encontraban en sus casas. Allí tenían recuerdos con sus familiares, algunas con amigos o nos presentaron algunos objetos importantes para ellos.
Conclusiones
Para finalizar, consideramos que este proceso, que como se señaló estuvo mediado por la contingencia del covid-19, nos dio luces sobre cómo las herramientas audiovisuales pueden intervenir para complementar los procesos educativos rurales. Inicialmente consideramos importante recalcar la labor y el esfuerzo de Casita Rural, ya que apoyaron con la compra y distribución de tabletas y datos para continuar las actividades de formación, y mantener a los niños conectados. Acá las herramientas audiovisuales fueron un eje fundamental, ya que los niños se adaptaron a hacer sus tareas y a enviarlas por medio de registros de audios, fotos y videos. De esta forma, consideramos que la vinculación del SHA significó un aporte importante con la realización de un taller de memoria audiovisual por semana durante aproximadamente tres meses y que permitió la realización de varias piezas audiovisuales y múltiples reflexiones desde la imagen, la memoria y la historia.
Los procesos llevados a cabo en general por Casita Rural han tenido un notable impacto positivo en estos niños. Los talleres que se realizan de manera presencial ayudan a complementar y fomentar en ellos habilidades en la lectura, la escritura y la danza. Les da la posibilidad de acceder a otras herramientas y oportunidades, entre ellas las de participar en la elaboración y publicación de dos libros, y entornos como la Fiesta del libro en Medellín. Además, con su iniciativa, lograron llegar a decenas de niños campesinos en medio de la cuarentena con la entrega de insumos. Las tabletas y recargas semanales fueron las estrategias para continuar los procesos y llegar incluso a ser una de las pocas posibilidades que tuvieron para seguir estudiando. Este trabajo es fundamental para que sectores históricamente abandonados por el estado colombiano reciban herramientas, se conecten con su entorno y se visibilicen como actores de la sociedad.
Además de cumplir con el objetivo, este proceso de experimentación deja aprendizajes valiosos en cuanto a la realización de investigaciones sociales y en el desarrollo de metodologías de trabajo. Esto debido a que la coyuntura nos obligó a replantear y adaptar continuamente los recursos disponibles para dar continuidad a las actividades sin afectar a los niños que participaban. Lo primero que aprendimos es que es necesario plantear distintos escenarios de ejecución del proyecto que faciliten la adaptación a problemas y situaciones que se vayan dando en el camino. En segundo lugar, supimos que es importante aceptar los recursos que se tienen a la mano, por ejemplo, en nuestro caso aceptar el reto de dictar los talleres por medio de WhatsApp para dar continuidad al proceso con los niños. Y finalmente, aprendimos a realizar un trabajo remoto, que implica confiar en cada uno de los actores del proceso, los niños, el acompañamiento a veces de los padres, las coordinadoras de Casita Rural y el equipo del Semillero, todos en pro de un objetivo común, en este caso, la realización de las piezas audiovisuales.
De esta forma, consideramos que uno de los mayores aportes de este proyecto es la exploración de nuevas metodologías para el desarrollo de los talleres semanales, ya que como se explicó anteriormente, la metodología se modificó constantemente a causa de la emergencia sanitaria del covid-19. Por esto, para poder cumplir con el objetivo propuesto de la creación de piezas audiovisuales con los niños de Casita Rural dividimos la metodología en dos partes. La primera parte se basó en la propuesta del Centro Nacional de Memoria Histórica de tejer narrativas para reconstruir memoria histórica15, que consiste en hacer preguntas que orienten la discusión sobre memoria histórica y así definir con los niños lo que ellos entienden por memoria histórica. La segunda parte de la metodología fue la construcción de las piezas audiovisuales a distancia; para poder llevar a cabo la realización de los videos, orientamos las sesiones para que las respuestas a las preguntas y actividades fueran notas de voz o dibujos hechos por los niños. Al tener el material visual y sonoro, nosotros como semillero audiovisual montamos piezas borradores para que fueran comentadas por las coordinadoras de Casita Rural y retroalimentadas con los niños quienes hacían comentarios sobre ellas.
Así pues, consideramos que Te cuento mi historia: educación rural en San Vicente Ferrer nos permitió aproximarnos a las prácticas públicas de la historia, reflexionando desde la memoria como eje transversal de diálogo y reflexión con los niños de Casita Rural. Todo esto permitió un trabajo colaborativo en el que se dio un acercamiento al pasado, que les permitió a los niños reconocer su papel y aportar en la construcción de una memoria colectiva, siendo sus veredas y su municipio el lugar para apropiar y transformar. Teniendo en cuenta el trabajo colaborativo realizado con los niños y el equipo de trabajo de Casita Rural, a nosotros como Semillero de Historia Audiovisual nos gustaría seguir apoyando el proceso de acompañamiento que lleva a cabo Casita Rural en las escuelas rurales de San Vicente Ferrer, por medio de talleres de creación de narrativas audiovisuales.
1 Historiadora y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana. Miembro del Semillero de Historia Audiovisual de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana.
2 Historiador egresado de la Pontificia Universidad Javeriana, estudiante de la especialización en Pedagogía y Docencia en la Fundación Universitaria del Área Andina. Miembro del Semillero de Historia Audiovisual de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana.
1 Ricardo Santhiago, «Duas palavras, muitos significados, alguns comentários sobre a história pública no Brasil», en História pública sentidos e itinerários no Brasil, ed. Por Ana Maria Mauad, Juniele Rubelo de Almeida y Ricardo Santhiago (São Pablo: Letra e voz, 2016), 28.
2 Amada Carolina Pérez Benavides y Sebastián Vargas Álvarez, «Historia Pública e investigación colaborativa: perspectivas y experiencias para la coyuntura actual colombiana», Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 46, n.° 1 (2019): 305.
3 Faye Sayer, Public History: A Practical Guide (London: Bloomsbury Publishing, 2019).
4 Amada Carolina Pérez Benavides, «Descolonizar el Archivo y el Museo: Imágenes intervenidas y museología social con los pueblos Inga, Kamëntsá, Arhuaco (Colombia)», Iluminuras 21 n.° 53 (2020).
5 Centro Nacional de Memoria Histórica. Un largo camino. Centro Nacional de Memoria Histórica, Beatriz Eugenia Vallejo. 2.a ed. (Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018).
6 Centro Nacional de Memoria Histórica, Guía de acompañamiento para el cuento Un largo camino (Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018).
7 Paula Andrea Echeverry Forero y Ángela Ma. Herrera Pineda, «Silencios revelados… una experiencia de resignificación con niñas y niños fotógrafos», Revista de Trabajo Social, n.° 5 (2003), 131.
8 Te cuento mi historia es el título del primer libro producto de los talleres de lectoescritura realizados por Casita Rural y que contiene historias escritas por catorce niños de tres veredas del municipio de San Vicente Ferrer, Antioquia, Colombia. Casita Rural, Te cuento mi historia en la Casita Rural (Antioquia: Apotema, 2016), acceso el 15 de mayo de 2021, https://www.yumpu.com/es/document/read/63488760/te-cuento-mi-historia
9 Silvestre, segundo libro publicado por los niños de Casita Rural en el año 2016, producto de la continuación en los talleres de lectoescritura llevados a cabo con los niños campesinos de San Vicente Ferrer, Antioquia. Casita Rural, Silvestre (Antioquia: Artes & Letras, 2018), acceso el 15 de mayo de 2021, https://www.yumpu.com/es/document/read/63488741/silvestre
10 Darío Betancourt Echeverry, «Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Lo secreto y lo escondido en la narración y el recuerdo», en La práctica investigativa en ciencias sociales (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004), 126.
11 Echeverry Forero y Herrera Pineda, «Silencios revelados… una experiencia de resignificación con niñas y niños fotógrafos», 137-139.
12 Echeverry Forero y Herrera Pineda, «Silencios revelados… una experiencia de resignificación con niñas y niños fotógrafos», 140-141.
13 cheverry Forero y Herrera Pineda, «Silencios revelados… una experiencia de resignificación con niñas y niños fotógrafos», 145.
14 Betancourt Echeverry, «Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Lo secreto y lo escondido en la narración y el recuerdo», 126.
15 Centro Nacional de Memoria Histórica, Cartilla: Recordar y narrar el conflicto. Herramientas para reconstruir memoria histórica, acceso del 15 de mayo de 2021, http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2009/cajadeherramientas/Cartilla.pdf
Referencias
Betancourt Echeverry, Darío. «Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Lo secreto y lo escondido en la narración y el recuerdo». En La práctica investigativa en ciencias sociales 126. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004.
Casita Rural. Te cuento mi historia en la Casita Rural. Antioquia: Apotema, 2016. Acceso el 15 de mayo de 2021. https://www.yumpu.com/es/document/read/63488760/te-cuento-mi-historia
_____. Silvestre. Antioquia: Artes & Letras, 2018. Acceso el 15 de mayo de 2021. https://www.yumpu.com/es/document/read/63488741/silvestre
Centro Nacional de Memoria Histórica. Un largo camino. Centro Nacional de Memoria Histórica, Beatriz Eugenia Vallejo. 2.a ed. Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018.
_____. Guía de acompañamiento para el cuento Un largo camino. Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018.
_____. Cartilla: Recordar y narrar el conflicto. Herramientas para reconstruir memoria histórica. Acceso el 15 de mayo de 2021. http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2009/cajadeherramientas/Cartilla.pdf
Echeverry Forero, Paula Andrea y Ángela Ma. Herrera Pineda. «Silencios revelados… una experiencia de resignificación con niñas y niños fotógrafos». Revista de Trabajo Social n.° 5 (2003): 131-149.
Pérez Benavides, Amada Carolina. «Descolonizar el Archivo y el Museo: Imágenes intervenidas y museología social con los pueblos Inga, Kamëntsá, Arhuaco (Colombia)». Iluminuras 21, n.° 53 (2020): 67-99.
Pérez Benavides, Amada Carolina y Sebastián Vargas Álvarez. «Historia Pública e investigación colaborativa: perspectivas y experiencias para la coyuntura actual colombiana». Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 46, n°1 (2019): 297-329.
Santhiago, Ricardo. «Duas palavras, muitos significados, alguns comentários sobre a história pública no Brasil». En História pública sentidos e itinerários no Brasil, editado por Ana Maria Mauad, Juniele Rubelo de Almeida y Ricardo Santhiago. São Pablo: Letra e voz, 2016.
Sayer, Faye. Public History: A Practical Guide. London: Bloomsbury Publishing, 2019.
Semillero de Historia Audiovisual. Pontificia Universidad Javeriana. Acceso el 15 de mayo de 2021. https://shaudiovisual.wixsite.com/shaudiovisual