Anales y memorias

De la culebra sagrada de la laguna a la Loma de la Cruz. La primera misa solemne en Antioquia (18 de diciembre de 1541)

Luis Javier Caicedo
Alcaldía de Riosucio , Colombia

Ciencia Nueva, revista de Historia y Política

Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia

ISSN-e: 2539-2662

Periodicidad: Semestral

vol. 5, núm. 2, 2021

ciencianueva@utp.edu.co

Recepción: 02 Febrero 2021

Aprobación: 28 Septiembre 2021



DOI: https://doi.org/10.22517/25392662.24852

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Resumen: Una estrategia importante en la campaña de conquista de Antioquia consistió en que los españoles conjugaron la lucha militar con la simbólica, siendo el sitio de la laguna, lugar donde se dieron las grandes batallas, el escenario donde empezaron a mudar las creencias nativas (el Diablo) por las cristianas (la Cruz).

Mito fundacional Achagua, Puerto López, Meta
Figura 1
Mito fundacional Achagua, Puerto López, Meta
«Mito Fundacional Achagua (Meta-Casanare-Colombia)», Timetoast, acceso el 1 de septiembre de 2021, https://www.timetoast.com/timelines/mito-fundacional-achagua-meta-casanare-colombia

Esta es una historia de ubicación. De saber dónde estamos. Y a la vez una historia de sentido, porque a veces no sabemos por qué somos como somos y hacemos las cosas que hacemos.

1. La fundación de la ciudad-provincia de Antioquia

Una estrategia importante en la campaña de conquista de Antioquia consistió en que los españoles conjugaron la lucha militar con la simbólica, siendo el sitio de la laguna, lugar donde se dieron las grandes batallas, el escenario donde empezaron a mudar las creencias nativas (el diablo) por las cristianas (la cruz).

Jorge Robledo no quería fundar una ciudad cerca de las minas de Buriticá porque solo sería para conflictos, ya que era una tierra descubierta por Cartagena y conquistada por Popayán. Por esto le puso el nombre de Antioquia, una ciudad célebre por antiguas confrontaciones. Lo que el ubedense deseaba era hallar el valle de Arví, del que le habían hablado los indígenas que era rico y poblado, y estaba ubicado al otro lado de las sierras nevadas (Nevado del Ruiz), lo que le garantizaría un territorio que pudiera pedir para sí ante la Corte. Esta búsqueda lo condujo en julio de 1541 hasta los valles de Aburrá y San Nicolás, donde, ante la imposibilidad de encontrar una entrada para Arví, desistió de su intento y se dirigió al río Cauca. Robledo escribió:

Como me vi de la otra banda de las sierras, desde esta provincia procuré por todas las vías y maneras que pude de ir al valle de Arbi, y como era gran trecho lo que me había abajado no se pudo tener noticia de él; puesto que en esta provincia se hallaron muy grandes caminos y acequias de agua, todo hecho a mano, y muy grandes edificios antiguos, que según los indios decían haber sido destruidos por guerra que entre ellos se habían tenido, y como aquí no pude tener noticia del valle torné a pasar la cordillera de las sierras y salí al Río Grande1.

Por su lado, el escribano oficial de esta campaña Juan Bautista Sardela consignó la fecha de salida del valle en su relación: «Y así se volvió al real y se partió de aquella provincia de Aburra, al otro día después de San Bartolomé (25 de agosto de 1541), a buscar poblado»2.

Una vez en el río Grande (aún no tenía el nombre de Cauca), Robledo hizo algunas incursiones por la orilla derecha hacia las provincias Nutabe y Urezo, pero los indios le impidieron el paso, por lo que ordenó que un grupo de soldados subiera a la loma y mirara qué había enfrente. Vieron sembrados de maíz y muchos humos en la otra banda. Bajaron y dieron razón al capitán. Este insistió en entrar en la provincia de Nutabe, pero lo convencieron de no hacerlo (casi que hay un motín) y en cambio pasar el río e ir a la provincia avistada. Así se hizo.

El paso del río demoró ocho días (eran 79 españoles a pie y a caballo, más los indios y negros que llevaban de servicio, más los curas, más los caballos y el bagaje). El río en ese punto no tenía playa, las montañas caían directamente en él, así que tuvieron que subir la sierra, hasta los 1800 metros sobre el nivel del mar.

Las sierras descabezaban en el río. Escena del
transporte de una canoa a la hidroeléctrica de Ituango, desde Loma del Sauce a
Barbacoas, Peque
Figura 2
Las sierras descabezaban en el río. Escena del transporte de una canoa a la hidroeléctrica de Ituango, desde Loma del Sauce a Barbacoas, Peque
Página de Facebook de Soy Peque, acceso el 20 de abril de 2020, https://www.facebook.com/SoyPequense/

uego de pasar dos lomas, llegaron a la provincia de Currume. «Y el Capitán se aposentó en unos aposentos grandes, que eran del cacique, y todos los demás en otros aposentos que había a la redonda». Allí estableció el real, un campamento militar que le daba estabilidad al ejército. Eran finales de septiembre, y empezaba la época de lluvias. A partir de allí se dieron dos meses de combates entre los españoles y los indígenas de Currume y de las provincias cercanas. No le funcionó al conquistador la táctica usada en otras ocasiones de detener a algunos indígenas y soltarlos con un mensaje para sus jefes, inclusive ofreciéndoles ayuda frente a sus enemigos. Estos se negaban a recibir la visita. En vista de que no avanzaba en obtener el dominio sobre el territorio, el capitán mandó trasladar el real para la vecina provincia de Hevéjico. Duraron tres días en el trasteo. Allí dijo Robledo a sus hombres que era necesario construir una ciudad, levantar casas y empezar cultivos, para que los indígenas vieran que era en serio su intención de quedarse. En un lugar propicio, en nombre de Sebastián de Belalcázar, fundó la ciudad de Antioquia el 25 de noviembre de 15413. Una vez hecha la fundación, continuó la guerra contra los guamas (al parecer una fracción de los hevéjicos) y contra los peques. Hasta que el 8 de enero de 1542. cuando la zona estaba pacificada, pudo irse a España a buscar el reconocimiento de sus conquistas. Salió por Buriticá, hacia el sur, a conectar con la ruta hecha por Juan Vadillo en 1538.

Meses antes, Robledo mandó a hacer una herrería improvisada en Currume, lo que permite hasta el día de hoy identificar el sitio de ubicación de este poblado indígena en la vereda Loma de la Fragua, corregimiento de Tabacal, municipio de Buriticá, bien al norte del casco urbano.

En cuanto a la ubicación de la ciudad de Antioquia esta se da en el valle de Hevéjico, que el padre Benjamín Pardo Londoño ubica en la vereda de Santa Águeda, sur del municipio de Peque, a hora y media a caballo del casco urbano de la localidad.

2. La culebra y la cruz

En la relación que hizo del descubrimiento de Antioquia, Jorge Robledo relata que en la provincia de Hevéjico existía una lagunilla de agua pequeña cerca de la ciudad, donde él estuvo acampado la primera vez que entró en la tierra. Los indígenas iban allí a dar de beber a los caballos y le dijeron que no entrara en la lagunilla, porque en ella habitaba una culebra muy grande que los mataría. Esta culebra, según los indios, salía del agua y les hablaba, tenía orejas y ojos grandes y pies, y para que no estuviera enojada le echaban de comer. Los indios no osaban lavar ni entrar en ella, y viendo cómo entraban los españoles y lavaban los caballos quedaban admirados y se preguntaban cómo la culebra no salía y los mataba. De esto concluye Robledo que era el diablo que se les aparecía en figura de culebra:

En esta provincia está una alagunilla de agua pequeña cerca de la ciudad, donde yo estuve aposentado la primera vez que entré en la tierra, porque está un buen pueblo y viendo los indios que iban allí a dar agua a los caballos, me dijeron que no entrase en ella porque estaba allí una culebra muy grande que los mataría si entraban dentro y haciéndoles preguntas de esta culebra me dijeron que salía del agua y les hablaba y que tenía orejas y ojos grandes y pies y que para que no estuviese enojada le echaban de comer y no se osaba ningún indio lavar en ella ni entrar dentro y de ver cómo entrábamos nosotros y lavábamos los caballos, se admiraban mucho y se espantaban de cómo la culebra no salía y nos mataba y de esto se puede tener que era el diablo que se les aparecía en aquella figura4.

En el mismo texto dice que antes de que fundara la ciudad, acampando cerca de la laguna, hizo poner una cruz en una loma que estaba encima de la laguna y les dijo a los indios que era importante para contrarrestar al diablo que se les aparecía:

Antes que yo fundase esta ciudad, estando aposentado cerca esta laguna mirando la tierra y el sitio de la ciudad, hice poner una cruz en una loma que encima de esta laguna está y cuando se puso hice entender a los indios que no la habían de quitar porque aquella era insignia de los cristianos y que la teníamos en gran veneración, porque el que hizo todo el mundo y creó todas las cosas de él nos la había dado por señal y bandera para contra todas las cosas malas, y que así ellos la podían tener contra aquel diablo que se les aparecía, y que cuando lo viesen que hiciesen aquella señal con la mano o con palos y que luego huiría5.

En esa oportunidad Robledo no pudo seguir hacia detrás de la loma donde estaba la cruz, porque desconfió de las invitaciones que le hacía los indios para que pasara adelante. Luego se enteró de que los hevéjicos y otro pueblo que antes era enemigo de estos habían concertado tenderles una trampa, metiéndolos en una quebrada donde los matarían a todos. Robledo retornó entonces para Currume. De Currume salió para Penco y otras provincias, y por esa ruta llegó detrás de la loma de la cruz. Y viendo los indios que la primera vez, fingiendo amistad, no lo pudieron matar, le declararon la guerra francamente, y lo esperaron en los cerros llenos de gente, con las laderas repletas de piedras para arrojarle a los españoles.

Y en la loma donde estaba puesta la cruz más de diez mil hombres, todos alrededor de la cruz, lo cual tuvimos por milagro no haberla quitado porque ninguna cosa nuestra ellos ven que no la deshagan y quiebren después de idos y aún las casas en que nos aposentamos queman y las cruces derriban porque en muchos corvos [casos] mandé poner cruces y las quitaban6.

Juan Bautista Sardela, escribano de la expedición, hace una versión un poco menos piadosa de este episodio. Dice Sardela que otro día estando acosado Robledo por las tropas indígenas, ante el reclamo que le hicieron los indios de porqué estaba allí, le dijeron que se devolviera por donde había venido. El capitán los mandaba llamar con los traductores diciéndoles:

Que sino venían de paz, les había de hacer la guerra; y que tornasen a poner la cruz, que, en el tiempo que en aquella loma estuvimos aposentados, ellos habían quitado, sino que a todos los mataría. Y otro día, de mañana, como amaneció, apareció la cruz puesta, de que no poco nos maravillamos7.

Vemos aquí cómo la laguna y la culebra son sagradas para los indígenas. Hay que recordar que en el altiplano cundiboyacense está la laguna de Iguaque, donde se dice tuvo origen el género humano, porque allí apareció Bachué con un niño en los brazos, se reprodujeron y luego volvieron convertidos en serpientes a la laguna. En la laguna sagrada de Guatavita «Contaban que la deidad, que habitaba en la laguna, salía de tiempo en tiempo a la superficie del agua en forma de una serpiente o dragón, en señal de reclamar a los hombres sus ofrendas y adoración»8. En el Amazonas, la Yacumama, una anaconda, es la madre del agua. ¿Quién sabe qué lugar se le asignaba a esta laguna-serpiente en la cultura hevéjico? ¿Tendría que ver con la relación entre el mundo de arriba y el mundo de abajo que se asoman en las lagunas?

Al mismo tiempo tenemos la loma que, en ambas culturas, tiene un alto contenido simbólico por estar alzada sobre el entorno.

Por tanto, el español penetra el mito y lo destruye. Esto es lo que hizo Robledo en la laguna del valle de Hevéjico. Usa sus propias creencias para reemplazar con la cruz, la creencia que se quita.

Aquí, como en México, «La Serpiente Emplumada cedió su lugar a la Cruz de Occidente», según dice José Luis Muñoz9.

3. La primera procesión y misa solemne en territorio antioqueño

  1. O Sapientia = sabiduría, Palabra

  2. O Adonai = Señor poderoso (en hebreo)

  3. O Radix = raíz, renuevo de Jesé (padre de David)

  4. O Clavis = llave de David, que abre y cierra

  5. O Oriens = oriente, sol, luz

  6. O Rex = Cristo como Rey

  7. O Emmanuel = Dios-con-nosotros10.

La ciudad de Antioquia fue fundada el 4 de diciembre de 1541 cuando Robledo aún no lograba derrotar a los indígenas. Una vez fundada, cayeron sobre la nueva ciudad los indios del pueblo de guamas (nombre español), que quedaba al otro lado de la loma de la cruz. Robledo envió a uno de sus capitanes a enfrentarlos y fueron vencidos. Era la primera derrota de los indios, a costa de la vida de uno de sus jefes, el cacique Zuzaburruco. Fue aquí donde ellos les revelaron a los españoles que la causa de no haber atendido los llamados de paz de Robledo y haberlo recibido en guerra era la muerte de los caciques quemados vivos en manos de otros españoles que habían pasado pocos años antes. Se referían al cacique Quininchú, hermano de Nutibara, muerto por Vadillo, quien también mató al cacique Tetepe de Buriticá, quemándolo vivo. Y al cacique Nutibara, quemado vivo por los perseguidores de Vadillo.

Y como llegaron ante el Capitán los indios que llevaban presos, él les habló, diciéndoles que, porque no habían querido venir de paz, habiéndoles enviado a llamar tantas veces, pues sabían que él no les hacía mal ninguno, antes les daba muchas cosas que ellos tenían en mucho, que porqué querían más ser muertos y andar por el arcabuco fuera de sus casas al frío y al agua; que se vinieren a ellos y se estuviesen quedos; y que si algún daño se les había hecho, era porque eran bellacos y no querían venir a dar la obediencia a Su Majestad, como él tantas veces se lo había enviado a decir. Respondiéronles, que ellos paz querían, pero que tenían noticia que otros hombres como nosotros habían pasado por unas provincias de Nori y Buriticá y Guaca, que están de aquellas provincias a treinta y cuatro leguas, que habían muerto todos los indios y señores de ellas, habiéndoles salido de paz; y que ellos tenían temor no se les hiciese lo mismo. Lo cual decían, por dos armadas que salieron de la provincia de Cartagena, que la una era del licenciado Vadillo, y la otra de Juan Grecimo [Graciano], que por allí habían pasado; que como no llevaban intención de poblar la tierra y permanecer en ella, robaron y destruyeron todo lo por donde pasaron, como aquello que poco les había costado. Y esto ha causado tanto daño en estas provincias de Hevejico y sus comarcas, que ha sido causa que los naturales hayan estado tan rebeldes 11.

Asimilando las razones de los indígenas, Robledo entendió que no había otros caciques que llegaran en apoyo a los de esta región y, por tanto, los dejó vagar en paz. Para festejar las victorias celebró una procesión solemne y una misa el 18 de diciembre en la loma de la cruz, cambiando la puesta originalmente por una nueva:

Como el Capitán vio la respuesta que los naturales tenían, y la causa porque no venían de paz, los hizo entender, como no habían de recibir ningún mal tratamiento, y los soltó libremente y a sus mujeres con ellos; por donde perdieron parte del miedo que tenían, y comenzaron a venir de paz algunos indios a ver el Capitán y a los cristianos, para vernos del arte que andábamos. Y aunque no era de buena paz, el Capitán los dejaba ir y venir libremente, y no consentía que se les hiciese daño ninguno. Y el Capitán viendo esto, mandó se hiciese procesión dando gracias a Nuestro Señor por la victoria que siempre había dado, la cual se hizo día de Nuestra Señora de la O [18 de diciembre], con toda la solemnidad que se pudo, y se dijo la misa en la loma donde se puso la cruz el día que en aquella provincia la primera vez entramos; y viendo el milagro que Nuestro Señor había hecho con ella, que habiendo estado cercada de todos los indios de la tierra, no la haber movido ni podido quitar; y se tenía a gran misterio, aunque es de condición de los indios, que todo cuanto hallan hecho de españoles, todo lo queman y destruyen, y las casas que ellos tienen hechas, si entran en ellas españoles y están en ellas una o dos noches, luego se van, las queman los naturales y dan por bien empleado el trabajo que pasan en hacerlas, por tomar aquella venganza, que les parece a ellos que la toman muy grande nosotros, en quemar ellos donde nosotros hemos estado o lo que hacemos. Y ansi se puso para de aquella cruz primera, otra muy bien labrada, y aquel día hubo allí muy gran regocijo, y el Capitán hizo allí banquetes de todo lo que se pudo haber, que no faltaron cosas buenas, aunque era la tierra nueva12.

El 18 de diciembre se celebró esta misa solemne, después de realizar una procesión desde el asiento de la nueva población de Antioquia hasta el sitio de la laguna y la loma de la cruz. Era el día de Nuestra Señora de la O, o Virgen de la Esperanza, que es María embarazada a punto de dar a luz en Navidad. Es de suponer que en esta ocasión se entonaron las antífonas de la O, que se citaron en el prefacio.

No era una procesión cualquiera. Se deban gracias por el final de una campaña de tres años y el acceso a una tierra nueva:

Y el Capitán viendo esto, mandó se hiciese procesión dando gracias a Nuestro Señor por la victoria que siempre había dado […] aquel día hubo allí muy gran regocijo, y el Capitán hizo allí banquetes de todo lo que se pudo haber, que no faltaron cosas buenas, aunque era la tierra nueva.

Los historiadores se han detenido en el sitio de la misa y de la fundación, mas no paran mientes en el más extraordinario hecho, que Robledo derribó el mito de la culebra y puso en su lugar una cruz, y que esta atemorizó a tal grado a los indígenas que no la tumbaron de la loma donde fue colocada. Esto sumado a que cuando Robledo se enteró de que los indígenas no tendrían refuerzos, celebró una procesión y una misa por la victoria.

De esta manera quedó abierto el camino para la religión cristiana en Antioquia.

4. Confusión entre Antioquia y Santafé de Antioquia

Resulta imperdonable que escritores y sobre todo historiadores de nota empleen todavía indistintamente los nombres de Ciudad de Antioquia y de ciudad de Santa Fe de Antioquia para referirse a las fundaciones realizadas por el mariscal Jorge Robledo, asignando a la primera hechos que sólo pueden y deben referirse a la segunda, o viceversa. La falta de distinción originada en la creencia de que sólo ha existido una Antioquia ha causado graves errores, y ha contribuido a enredar más la madeja de la historia de nuestro suelo13.

Para el padre Benjamín Pardo Londoño, canónico de la catedral de Santafé de Antioquia, es tan obvio en las crónicas de los españoles que la fundación de la ciudad de Antioquia ocurrió en las montañas de los municipios de Buriticá y Peque a 1800 metros sobre el nivel del mar, que no se comprende por qué casi 500 años después seguimos creyendo que la fundación y aquella primera misa se dieron en Santafé de Antioquia, a orillas del río Cauca.

¿Pero cómo no van a ser confundidas las diferentes Antioquias si se les considera una sola y hasta el día de hoy se celebran sus aniversarios en Santafé de Antioquia?

Para entender qué ha sucedido debe tenerse en cuenta el inicio de las controversias, como lo relata Pardo:

Desde 1928 se inició una discusión sobre la fundación de la Ciudad de Antioquia, discusión comenzada por el ilustre historiógrafo bogotano Dn. José María Restrepo Sáenz, quien con notables argumentos sostenía que la Ciudad de Antioquia y la villa de Santa Fe fueron distintas. A su primer artículo contestó con otro el reverendo padre Francisco Luís Toro, el cual opinaba que le parecía poco probable la existencia de las dos poblaciones, y para ello presentó también sus argumentos. El Sr. Restrepo Sáenz replicó al padre, insistiendo en su tesis y reforzándola con nuevas pruebas. Esto dio motivo a que el Dr. Antonio Gómez Campillo, historiador antioqueño, terciara a favor del Sr. Restrepo Sáenz. Felizmente, con la discusión, se fueron aclarando algunas cuestiones importantes relativas a esta ciudad y se descubrieron documentos que facilitaron el camino para la búsqueda de una solución aceptable. Las actas de fundación y refundación de la Ciudad de Antioquia, aunque no están de acuerdo en algunos puntos con las afirmaciones de varios historiadores, pusieron término –al menos provisional– a este asunto histórico 14.

Tan convencido quedó de la tesis contraria el padre Francisco Luis Toro que, en un libro publicado en 1541, año del cuarto centenario de la fundación, cambio su opinión inicial y convino con que Antioquia fue fundada originalmente en la provincia indígena de Hevéjico (en las montañas de Buriticá y Peque, no en el municipio de Ebéjico):

En la provincia de Ebéjico. Así nos lo dicen el acta de fundación y los mismos fundadores. Y ¿dónde quedaba la provincia de Ebéjico? A esta pregunta aún no se ha podido contestar con certeza; y cuando esperábamos ansiosos que el Acta de fundación despejaría la angustiosa incógnita, nos hallamos sicut erat in principio, lo cual es tanto más de lamen­tarse cuanto ya no nos queda otra esperanza de salir de dudas, y hemos de seguir procediendo por hipótesis. Destácase entre éstas la del conocido historiógrafo antioqueño, miem­bro muy distinguido de la Academia Antioqueña de la Histo­ria, Dr. Antonio Gómez Campillo, natural de esta ciudad, hi­pótesis que a nuestro parecer ha recibido no poco refuerzo con el Acta de refundación de la ciudad de Antioquia. Según esta hipótesis "la primera ciudad de Antioquia fue levanta­da en el llano que hoy se conoce con el nombre de “La Ciéna­ga", en el paraje de Santa Águeda, situado tres y media leguas de las "Cuatro", y legua y media al sur de la población de Peque". ("Antioquia y Santa Fé de Antioquia" p. 15). Lás­tima que no se pudiera adelantar más en la investigación de punto tan primordial de historia antioqueña. "Yo deploro, d i­ce el mismo Dr. Gómez C., no poder ir en persona a identifi­car y localizar éstos sitios; pero no faltarán curiosos aficionados que hagan la identificación en vista de los datos que nos da el cronista". Bien quisiéramos nosotros ser de esos "curio­sos aficionaos"; pero las circunstancias, al menos por ahora no nos lo permiten15.

Carátula de la edición que se encuentra en la
Biblioteca eafit
Figura 3
Carátula de la edición que se encuentra en la Biblioteca eafit
Francisco Luis Toro, Cuarto centenario de la primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño (Medellín: Imprenta Departamental, 1941).

A renglón seguido, el autor se va lanza en ristre contra la tradición, desestimando todos los componentes sustentados por el doctor José María Martínez Pardo, quien afirmaba que la primera misa fue celebrada en Santafé de Antioquia:

¿Qué decir entonces de la tradición reinante en esta ciudad, de que la primera Misa en territorio antioqueño fue celebrada en esta misma ciudad en el paraje denomina do "Cié­naga de Blas Diaz", en la explanada que se encuentra detrás del Cementerio actual, al pie de un árbol llamado vulgarmente de Chachafruto en el cual se hallaba posado durante la cele­bración un cuervo (vulgo Gallinazo), que en el momento pre­ciso de la elevación determinó imitar a la golondrina que de­jó ciego a Tobías? Esta extraña tradición tiene a su favor el testimonio del Dr. José María Martínez Pardo, que hace más de un siglo lo expuso en la revista de su propiedad "La Miscelánea de Antioquia". Nosotros no nos atrevemos a negar de plano una tradición que cuenta con testimonio tan grave co­mo el del Dr. Martínez Pardo. Pero le hallamos tantos repa­ros que le hacen, si no del todo inaceptable, al menos muy poco digna de crédito. Desde luego la mencionada tradición no cuenta con respaldo alguno en los autores de historia. El único rastro que hemos hallado de la existencia de Blas Diaz es una partida de defunción que encontramos en el archivo de la Cu­ria, de una señora "mujer de Blas Díaz", por los años de mil quinientos ochenta y tantos. Por lo demás muy extraño resulta el que se haya escogido para este acto tan santo una ciénaga, es decir, el lugar más indebido, incómodo e indecente cuando a pocos metros de allí se encontraba u n lugar seco, suficientemente decente para la celebración de los Santos Misterios. Y crece la extrañeza ante aquel cuervo, tan manso y apacible en medio de estas selvas salvajes, que no se mosquea con el fuerte movimiento, ruido y afluencia de tánto soldado con su caballería, equipo de guerra, indios, etc. Y la acción del cuervo en el momento más solemne tiene todas las apariencias de una fábula grosera e irreverente, inventada con fines puramente burlescos y de tramoya. Por otra parte ¿hay seguridad de que Robledo pisó este suelo en su excursión conquistadora hacia el norte? Existe una teoría, hoy en boga, y sostenida por historiadores serios como el Dr. Gómez C., que no admite el paso de Robledo por este valle nuestro hasta el año 1546, cuando, de regreso de España, ´provisto ya de su título de Mariscal de Antioquia, y en viaje hacia el sur donde le aguardaba la muerte, fundó en este precioso valle la villa de Santafé.

Además, el Dr. Martínez Pardo señala como fecha de esta “primera” Misa, el 20 de Enero de 1541. Lo cual no puede ser, ya que para esa época Robledo aún no había penetrado en tierras antioqueñas; y si se dijere que el 20 de Enero del 42, tampoco puede admitirse porque ese día marchaba ya Robledo hacia San Sebastián a caer en manos de D. Alonso de Heredia. Total: que no fue, que no pudo ser ésta la primera Misa en tierras de Antioquia.

¿Hemos, pues, de rechazar de plano la mencionada tradición? Sí, si se trata de la primera Misa en territorio antioqueño16.

Dice Francisco Luis Toro que para darle solemnidad a la misa del 18 de diciembre se celebró el IV Centenario, se consagró como Catedral Basílica la iglesia de Santafé de Antioquia y se colocó una lápida con un dibujo alusivo a la primera eucaristía y la siguiente leyenda: «1541-1941. PRIMERA MISA SOLEMNE CELEBRADA EN TERRITORIO ANTIOQUEÑO POR FR. MARTIN ROBLEDO EL 18 DE DICIEMBRE».

Esta consideración fue la que movió al Excmo. Señor Obispo Diocesano de acuerdo con su V. Capítulo a disponer que se celebrara con la mayor pompa posible el IV centenario de este hecho máximo y trascendental de nuestra historia, la primera Misa solemne en territorio antioqueño. Para ello pidió a la Santa Sede y obtuvo para nuestra Catedral el honor incomparable de ser elevada a la excelsa dignidad de Basílica Menor, cuya inauguración ha de llevarse a efecto el mismo día del centenario, 18 de diciembre. Ese día celebrará de pontifical en la nueva Basílica el muy digno Representante de nuestro Santísimo Padre el Papa, Monseñor Carlos Serena, y se descubrirá en los muros de la Basílica una gran lápida de mármol que representa al R. P. Fr. Martín de Robledo en el momento de elevar la sagrada Hostia, mientras el Conquistador y sus huestes se inclinan reverentes para adorar el Divino Misterio. Esta lápida lleva la siguiente inscripción: «1541-1941. primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño por fr. martín robledo el 18 de diciembre». Y para completar el efecto y dar mayor significado al acto, la oración congratulatoria de ese día estará a cargo del eminente orador y digno hermano de Fr. Martín, M.R.P. Joel L. Monroy, Visitador General de la Orden Mercedaria en el Ecuador17.

La placa, en su literalidad, lo dice todo y la basílica complementa el texto, que puede leerse como que en ese sitio se celebró la primera misa solemne en territorio antioqueño.

Nadie que no esté enterado de la historia que circunda a este acontecimiento puede saber que se está hablando de la provincia de Hevéjico, que la cruz había vencido al diablo, quien en forma de culebra vivía en la laguna, que la cruz puesta en una loma no fue derribada por los indígenas y que la misa se celebró después de que Robledo supiera que ya no vendría un auxilio del cacique Nutibara, porque había sido asesinado.

Todo esto calla la inscripción y en cambio, contrario a lo que quiso el padre Toro, acabó por sostener el mito de que la primera misa fue celebrada en esa ciudad, Santafé de Antioquia. Presa de la ambigüedad de la redacción.

En los años 1970 el padre Benjamín Pardo Londoño, abrumado por la situación de una ciudad sobre la que había caído mucho polvo, decidió terminar de una vez por todas con las especulaciones. Tomó una avioneta para confirmar la hipótesis de Gómez Campillo.

En un artículo titulado precisamente «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», el padre Pardo estableció primero la ubicación de Ebéjico en la literatura:

López de Velasco según lo hemos visto, afirma que la ciudad fue fundada en un sitio alto del valle de Ebéjico. “Es tierra fría y sana” agrega el fundador. Se trata pues de una altiplanicie que dista unas cuatro o cinco leguas del río Cauca, según afirma Robledo. Podemos buscar en la región que hemos enmarcado entre la cordillera Occidental y el río Cauca –como longitud– y los seis y ocho grados de latitud, un terreno que reúna las características aludidas y no lo encontraremos sino al norte del municipio de Buriticá, al sur del municipio de Peque, en un paraje llamado “La Ciénaga”, regado por las aguas de la quebrada Santa Águeda y vecino al corregimiento de este nombre. Y la latitud septentrional de este sitio no puede ser más exacta: 7 grados18.

Luego hace un vuelo de reconocimiento por la región:

El 3 de septiembre del año en curso [l972], en compañía del Sr. Carlos White Arango, miembro del Centro de Historia, hice un vuelo de reconocimiento del sitio al que me he referido, en la avioneta de propiedad del Sr. Humberto Luján Londoño, piloteada por éste y por el Sr. Armando Serrano Benítez. Iniciado el vuelo, luego de avanzar hasta la población de Liborina para tomar altura, nos dirigimos hacia el norte pasando por el sitio llamado Morrón. A nuestra derecha apareció un poco después la población de Buriticá, y desde allí comenzamos a contemplar la ubicación de varios municipios y corregimientos.

Es realmente impresionante la estrechez del río Cauca un poco más al norte de Buriticá. Esto concuerda exactamente con la afirmación de Robledo: “Corre el río por allí muy angosto y muy crecido”. Dejando atrás el pueblo de Tabacal, vimos más al norte el macizo Paramillo y en una de sus vertientes la población de Peque. Avanzamos hasta ella para sobrevolar toda la comarca. Al comenzar la primera vuelta, pudimos observar una explanada, rodeada de ásperas montañas, situada más al norte de Urarco y un poco al sur de Peque. Sin que yo lo hubiera insinuado, el piloto Serrano Benítez me dijo: “Por lo que observo, nacen varias quebradas en el terreno que estamos divisando”. Se confirmó entonces el dato del fundador, que dice: “Nascen dentro de la cibdad cuatro o cinco fuentes de mucha agua”.

Pregunté al piloto Luján Londoño: “Calculando sobre el mapa, ¿qué distancia aproximada nos separa del Cauca?”. El piloto observó el terreno y, utilizando los instrumentos acostumbrados por los aviadores, calculó sobre el mapa la distancia y me respondió: “De unos veinte a veinticinco kilómetros”. Quedó así comprobada la afirmación del fundador: “desde la cibdad hasta el río grande habrá tres o cuatro leguas…”. Es claro que en este caso no puede pedirse una exactitud matemática, ya que el mismo Robledo da pie a pensar en una distancia aproximada, no precisa. En todo el recorrido no se halla otro sitio –fuera del anotado– que reúna las condiciones topográficas señaladas. Fue mi deseo realizar una parte del vuelo a baja altura, pero los pilotos consideraron imprudente tal descenso, por la proximidad de las elevadas montañas circunvecinas.

En consecuencia el vuelo en avioneta me dio una idea general del sitio, su ubicación, su distancia del río Cauca, su configuración y su hidrografía y me confirmaron en la creencia de que el paraje “La Ciénaga” reúne las condiciones topográficas descritas por Robledo y los cronistas sobre el lugar de la primitiva Ciudad de Antioquia19.

Y como no podía ser menos, el padre Pardo hace el viaje a pie desde Peque hasta «La Ciénaga», en una verificación necesaria sobre el terreno.

Por ello decidí hacer una visita personal al sitio denominado “La Ciénaga”, que logré realizar el pasado mes de noviembre, en compañía del Dr. Jorge Rodríguez Arbeláez, director del Instituto de Integración Cultural, del coronel Germán Uribe Jaramillo y del fiscal del Centro de Historia, Dn. Carlos White Arango, este último ya me había acompañado en el vuelo efectuado en avioneta el 3 de septiembre. Sin que hubiéramos determinado el día con miras de índole histórica, este viaje a la población de Peque se inició coincidencialmente el sábado 25 de noviembre, fecha probable de la fundación de Antioquia, según el cronista Sardela. Al día siguiente, domingo 26 a las 8:45 am, dejamos la mencionada población para dirigirnos a caballo al paraje indicado, contando con la ayuda eficaz y desinteresada del párroco de Peque Señor Pbro. Egidio Arango A. y del Señor Teniente José Alberto Caicedo Correa, quien nos acompañó personalmente, nos brindó su apoyo, y su entusiasmo dándonos por auxiliares a nueve de sus subalternos. A las 10:15 de la mañana llegamos al paraje “La Ciénaga” y sin dilación nos dimos a la tarea de releer la descripción topográfica20.

De esta última visita saca conclusiones el padre Benjamín Pardo:

La primera fundación de la Ciudad de Antioquia, efectuada por el capitán Jorge Robledo en 1541, en el valle de Ebéjico, tuvo por sitio el paraje denominado “La Ciénaga”, en jurisdicción del municipio de Peque, legua y media al Sur de esta población. Queda por tanto confirmada plenamente la hipótesis sostenida en 1930 por el Dr. Antonio Gómez Campillo en su opúsculo Antioquia y Santa Fe de Antioquia y por ende esta opinión ha pasado del campo de la probabilidad al de la certeza. Basados en la investigación de los hechos y en la comprobación de los datos, quienes me acompañaron en esta labor, no dudan en hacer la misma afirmación, mientras no haya quiénes sostengan tesis diversas o contrarias, las demuestren plenamente con argumentos de peso y con verificación de los datos sobre el terreno21.

Quedó demostrado, desde 1972, que Antioquia no fue fundada en Santafé de Antioquia, sino en el tramo Buriticá-Peque, y vuelve a repetirse en 2010 cuando eafit publica los artículos del padre Benjamín Pardo. Pero aún no salen las celebraciones de Santafé.

Se había olvidado por muchos años la importancia histórica de la ciudad de Peque, ahora empieza a tomar forma el sentido de pertenencia como origen del departamento. Peque, el más escondido de los municipios antioqueños, se llama a sí mismo «La verdadera capital de la montaña», equiparándose con Medellín, la capital actual. Cuando puede reclamar ser el origen del departamento de Antioquia, el sitio de fundación de la ciudad-provincia original.

Finca La
Ciénaga, vereda Santa Águeda. La laguna a la izquierda
Figura 4
Finca La Ciénaga, vereda Santa Águeda. La laguna a la izquierda
Ubeimar Arango

La
laguna desde un dron 

(Por el rastro de piedras en torno a la
laguna,
se deduce que su diámetro era mayor)
Figura 5
La laguna desde un dron (Por el rastro de piedras en torno a la laguna, se deduce que su diámetro era mayor)
Ubeimar Arango y Yilmer Moreno, «Fundación de la Providencia y Ciudad de Antioquia en Territorio Pequense», 6:16, publicado el 4 de marzo de 2020, https://www.youtube.com/watch?v=2EpBzQ0QZMY&list=UU6Rt_cc-pSs-4_XyqWNFokg&index=2&t=209s

Sin embargo, la visión enfocada en el punto de la laguna hace que se olvide por completo la geografía circundante, convertida en lugares de paso sin observar en ella su relación con la historia. Es el caso de la población de Santa Águeda:

La explanada de “La Ciénaga” está rodeada hacia el Occidente por una montaña que sigue una dirección casi perpendicular de sur a norte y va a morir cerca de la laguna, en pequeña estribación que la oculta de la vista de la población de Peque. Hacia el sur hay una elevación del terreno donde se está el caserío Santa Águeda, vecino a una pequeña altiplanicie que se extiende de oriente a occidente. Es sitio pintoresco lleno de sabanas y de pastos22.

Pues es tal vez en esta altiplanicie, donde está el caserío de Santa Águeda, el lugar donde fue fundada Antioquia, pues reúne todas las condiciones para formar un caserío. Esta altiplanicie coincide con las idas y venidas a Currume como asiento del real, con la gran actividad militar y espiritual que se dio en la laguna, y con el lugar fijado para fundar la ciudad, cerca de la laguna.

En esta provincia está una alagunilla de agua pequeña cerca de la ciudad, donde yo estuve aposentado la primera vez que entré en la tierra, porque está un buen pueblo23.

Y no me sintieron hasta que estuve en lo alto [de la loma de la cruz], lo cual tuvimos por gran milagro que Dios quiso obrar conmigo y con lo que allí iban y así los desbaratamos e hicimos huir porque luego subimos los caballos y me fui al asiento donde fundé la ciudad24.

Vereda
Santa Águeda – Peque, sitio de fundación de la ciudad de Antioquia
Figura 6
Vereda Santa Águeda – Peque, sitio de fundación de la ciudad de Antioquia
Diana Patricia Villa et al., Peque: Cien años de Historia por Contar (1915-2015) (Medellín: Litografía Renuevos. Alcaldía del municipio de Peque, 2015), tomo ii, 94.

Como se aprecia de los textos, el sitio de fundación no es el mismo de la laguna. Hay que hacer un pequeño desplazamiento para ir de un sitio al otro.

Si se mira un mapa de la región, tratando de ubicar las tres ocasiones en que Robledo hace el viaje entre el lugar donde establece el real y la laguna, se pueden ubicar tres lugares significativos: Currume (La Fragua, el real), Santa Águeda (donde es fundada Antioquia) y la finca La Ciénaga (donde está la laguna) (figura 7 y 8).

Mapa La
Fragua-Vereda Santa Águeda-La Ciénaga
Figura 7
Mapa La Fragua-Vereda Santa Águeda-La Ciénaga
Google Maps

Ubicación de la laguna (La Ciénaga) y de la
Vereda Santa Agueda, Peque
Figura 8
Ubicación de la laguna (La Ciénaga) y de la Vereda Santa Agueda, Peque
Google Maps

Si así fue, los hechos de la fundación ocurrieron mayormente en el Municipio de Buriticá, y la fundación como tal se dio en el Municipio de Peque. Entonces la procesión hay que ubicarla en este municipio, desde el poblado de Santa Águeda hasta la laguna, finca La Ciénaga, coronada por una loma donde se puso la cruz. Una procesión solemne entre estos dos sitios apenas es natural para soldados acostumbrados a caminar varios kilómetros al día. Y la misa y el banquete se dieron en la loma de la cruz y en la lagunilla adjunta.

Ya empiezan a hacerse expediciones hasta Santa Águeda y la laguna, y se está logrando una apropiación social de este conocimiento. En una obra publicada por el municipio de Peque con ocasión del centenario de la localidad, se incluye la laguna de Santa Águeda entre los lugares turísticos de la localidad, recogiendo el concepto del padre Pardo sobre la importancia del sitio:

… este lugar es suma importancia dentro de la historia del Departamento de Antioquia y en sí de Santa Fe de Antioquia, ya que se le considera como el sitio donde tuvo lugar la primera fundación de este municipio llamado la “Cuna de la Raza Antioqueña” al respecto Benjamín Pardo comenta en su libro La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe: “La primera fundación de la ciudad de Antioquia, efectuada por el capitán Robledo en 1541, en el Valle de Ebéjico, tuvo por sitio el paraje denominado 'La Ciénaga', en jurisdicción del Municipio de Peque, legua y media al sur de esta población” 25.

Y en 2016 la Organización Caminera de Antioquia realizó la caminata de varios días denominada «Expedición Antioquia 475 Años» que, saliendo de Peque, subió hasta la laguna, donde realizó un ritual de reconocimiento a los antiguos pobladores; de ahí pasó a Santa Águeda, luego a la vereda la Fragua (Buriticá), a Tabacal, a Buriticá y a Santafé de Antioquia.

5. La fundación debe conmemorarse –también- en Peque y Buriticá

Es necesario, entonces, que como resultado de las investigaciones de José María Restrepo Sanz (1928), Antonio Gómez Campillo (1930), Francisco Luis López (1942) y Benjamín Pardo Londoño (1972), la celebración de la fundación de Antioquia tenga por escenario las dos poblaciones de Buriticá y Peque, además de Santafé de Antioquia. Sería la manera más realista de afrontar ese momento fundacional, acercando a las generaciones actuales al territorio original y a los pueblos que lo habitaban: Currumes, Hevéjicos y Peques. Y no seguir ocultando estos pueblos en una historia basada en verdades a medias. Olvidando de paso la suerte corrida por los habitantes nativos en las décadas posteriores, como, por ejemplo, en 1616, cuando todos los indígenas sobrevivientes fueron concentrados en pueblos de indios, y algunos de ellos fueron trasladados al valle de Aburrá.

Adicionalmente, hay que entender que para 1541 la ciudad era a la vez una provincia, por lo que su jurisdicción abarcaba un amplio territorio. Esto explica los traslados de Antioquia, que se mueve de acuerdo con las necesidades sin que pierda su condición capital. Fundada en 1541, en 1542 la ciudad pasó para el valle de Nore (Frontino actual). En 1546 Robledo, a su regreso de España, funda la villa minera de Santafé, dentro de la provincia de Antioquia y sufragánea de la ciudad. En 1573, Gaspar de Rodas pasa a los habitantes de Antioquia para la villa de Santafé, que desde entonces toma el nombre de Santafé de Antioquia. Tres ubicaciones distintas, la misma ciudad, la misma provincia.

1541, pues, se debe tener como el origen del departamento de Antioquia, y no del municipio de Santafé de Antioquia.

Referencias

Academia Antioqueña de Historia. «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo». Repertorio Histórico de la Academia Antioqueña de Historia, n.º 3 (1921): 301-366. http://academiaantioquenadehistoria.org/revista/index.php/repertoriohistorico/article/view/346

Arango, Ubeimar y Yilmer Moreno. «Fundación de la Providencia y Ciudad de Antioquia en Territorio Pequense», 6:16. Publicado el 4 de marzo de 2020. https://www.youtube.com/watch?v=2EpBzQ0QZMY&list=UU6Rt_cc-pSs-4_XyqWNFokg&index=2&t=209s

Filii, Cari. «Cómo nace la advocación de María de la O? Es la Virgen de la Esperanza, pocos días antes de parir». Religión en Libertad, 21 diciembre 2015. Acceso el 1 de agosto de 2021. https://www.religionenlibertad.com/cultura/46666/como-nace-la-advocacion-de-maria-de-la-o-es-la.html

Muñoz, José Luis. «La serpiente y la cruz». Plumas Responsables (blog). Acceso el 1 de agosto de 2021. http://plumasresponsables.blogspot.com/2008/10/la-serpiente-y-la-cruz.html

Pardo, Benjamín. La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe. Orígenes del pueblo antioqueño. Medellín: Fondo Editorial Universidad eafit, 2010 (original publicado en diciembre de 1972).

Robledo, Jorge. «Relación de Anzerma» (o «Descripción de los pueblos de Ancerma» o «Relación de lo que sucedió en el descubrimiento de Antiochia, Anzerma y Cartago y cibdades que en ellas están pobladas por el Capitán Jorge Robledo») (c.a 1543). En Relaciones y visitas a los Andes, siglo XVI, compilado por Hermes Tovar Pinzón. Bogotá: Colcultura-Instituto de Cultura Hispánica, 1993.

Robledo, Jorge. «Relación de los servicios del capitán Jorge Robledo» (ca. 1543), agi, Sevilla, Sección 5ª. Audiencia de Lima, Le.204–Carpeta Perú, publicada como «Robledo ante el emperador. Crónicas de sus propias conquistas». En Caldas en las crónicas de Indias. Manizales, Academia Caldense de Historia: Editorial Manigraf, 2007.

Timetoast. «Mito Fundacional Achagua (Meta-Casanare-Colombia)». Acceso el 1 de septiembre de 2021. https://www.timetoast.com/timelines/mito-fundacional-achagua-meta-casanare-colombia

Toro, Francisco Luis. Cuarto centenario de la primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño. Medellín: Imprenta Departamental, 1941.

Villa, Diana Patricia, Germán Jaramillo, Honorio Cadavid, José Ubeimar Arango, Juan Carlos Tamayo, Rosa Betancur y Viviana Higuita. Peque: Cien años de Historia por Contar (1915-2015). Medellín: Litografía Renuevos. Alcaldía del municipio de Peque, 2015.

Villa, Eugenia. Mitos y Leyendas de Colombia. Quito: iadap. https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=44622

Notas

1 Jorge Robledo, «Relación de los servicios del capitán Jorge Robledo» (ca. 1543), agi, Sevilla, Sección 5ª. Audiencia de Lima, Le.204 – Carpeta Perú, publicada como «Robledo ante el emperador. Crónicas de sus propias conquistas», en Caldas en las crónicas de Indias (Manizales, Academia Caldense de Historia: Editorial Manigraf, 2007).
2 Academia Antioqueña de Historia, «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo», Repertorio Histórico de la Academia Antioqueña de Historía 3, n.º 8, 9 y 10 (1921): 301-366, http://academiaantioquenadehistoria.org/revista/index.php/repertoriohistorico/article/view/346
3 Academia Antioqueña de Historia, «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo». Sin embargo, el acta de fundación dice que fue el 4 de diciembre de 1541. Robledo, en su descripción de Anserma, dice que fue el 21 de noviembre.
4 Jorge Robledo, «Relación de Anzerma» (o «Descripción de los pueblos de Ancerma» o «Relación de lo que sucedió en el descubrimiento de Antiochia, Anzerma y Cartago y cibdades que en ellas están pobladas por el Capitán Jorge Robledo»), en Relaciones y visitas a los Andes, siglo XVI, comp. por Hermes Tovar Pinzón (Bogotá: Colcultura-Instituto de Cultura Hispánica, 1993).
5 Robledo, «Relación de Anzerma».
6 Robledo, «Relación de Anzerma».
7 Academia Antioqueña de Historia, «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo». Subrayado por el autor.
8 Eugenia Villa, Mitos y Leyendas de Colombia (Quito: iadap), 40, https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=44622
9 José Luis Muñoz, «La serpiente y la cruz», Plumas Responsables (blog), acceso el 1 de agosto de 2021, http://plumasresponsables.blogspot.com/2008/10/la-serpiente-y-la-cruz.html
10 «Antífonas de la O», oraciones navideñas. Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la «O», dan el acróstico «ero cras», que significa «seré mañana, vendré mañana», que es como la respuesta del Mesías a la súplica de sus fieles. Cari Filii, «Cómo nace la advocación de María de la O? Es la Virgen de la Esperanza, pocos días antes de parir», Religión en Libertad, 21 diciembre 2015, acceso el 1 de agosto de 2021, https://www.religionenlibertad.com/cultura/46666/como-nace-la-advocacion-de-maria-de-la-o-es-la.html
11 Academia Antioqueña de Historia, «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo». Subrayado por el autor.
12 Academia Antioqueña de Historia, «Relación del descubrimiento de las provincias de Antiochia por Jorge Robledo». Subrayado por el autor.
13 Benjamín Pardo Londoño, «Dónde está el valle de Ebéjico», en La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe. Orígenes del pueblo antioqueño, Benjamín Pardo Londoño (Medellín: Fondo Editorial Universidad eafit, 2010), 17. (Original publicado en diciembre de 1972).
14 Benjamín Pardo Londoño, «Primera fundación de Antioquia» en La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe. Orígenes del pueblo antioqueño, Benjamín Pardo Londoño (Medellín: Fondo Editorial Universidad eafit, 2010), 17. (Escrito en 1944 y presentado al Centro de Historia de Santafé de Antioquia en 1972).
15 Francisco Luis Toro, Cuarto centenario de la primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño (Medellín: Imprenta Departamental, 1941).
16 Toro, Cuarto centenario de la primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño.
17 Toro, Cuarto centenario de la primera misa solemne celebrada en territorio antioqueño
18 Benjamín Pardo Londoño, «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», en La Ciudad de Antioquia y la Villa de Santa Fe. Orígenes del pueblo antioqueño, Benjamín Pardo Londoño (Medellín: Fondo Editorial Universidad eafit, 2010), 17. (Artículo dado a conocer el 10 de diciembre de 1972 en Santafé de Antioquia).
19 Pardo Londoño, «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», 26 y 27.
20 Pardo Londoño, «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», 28
21 Pardo Londoño, «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», 30 y 31.
22 Pardo Londoño, «¿Dónde está el valle de Ebéjico?», 28.
23 Robledo, «Relación de Anzerma. Subrayado por el autor.
24 Robledo, «Relación de Anzerma». Subrayado por el autor.
25 Villa et al., Peque: Cien años de Historia por Contar…, 75.

Notas de autor

Asesor de comunidades indígenas, Alcaldía de Riosucio, Caldas. Editor de www.albicentenario.com
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