Ciencia Nueva. Revista de Historia y Política | e-ISSN 2539 - 2662

Vol. 8 Núm. 2 | Julio - diciembre de 2024 - Pereira, Colombia





ESTUDIOS HISTÓRICOS

DOI: hhttps://doi.org/10.22517/25392662.25608 - pp 45-63



Intereses salitreros, intervención extranjera y fractura del civilismo. Formación, ascenso y caída del gobierno de Francisco García Calderón (1881-1883)


Saltpeter interests, foreign intervention and fracture of civility. Formation, rise and fall of the government of Francisco García Calderón (1881-1883)




Recibido: 29/03/2024

Aceptado: 09/12/2024

Publicado: 31/12/2024


Resumen


El artículo contrasta diversas visiones historiográficas sobre el gobierno del presidente Francisco García Calderón, analiza la relación entre sus intereses en la industria salitrera y el desarrollo de una estrategia internacional que tuvo la intervención de los Estados Unidos y Francia para retener Tarapacá y fortalecer la legitimidad de García Calderón en el ámbito interno. La expectativa de una mediación favorable habría llevado al gobierno siguiente de Lizardo Montero a descartar otras opciones para tratar la paz con Chile. El destierro de García Calderón ahondó las diferencias con otros políticos sobre cómo afrontar el desenlace de la guerra.


Palabras clave: gobierno de Francisco García Calderón, gobierno de Lizardo Montero, guerra del Pacífico, Estados Unidos.


Abstract


The article contrasts different historiographical views on the government of President Francisco García Calderón, analyzes the relationship between his interests in the saltpeter industry and the development of an international strategy that involved the intervention of the United States and France to retain Tarapacá and strengthen the legitimacy of García Calderón domestically. The United States and France intervened to retain Tarapacá and strengthen the legitimacy of García Calderón domestically. The expectation of a favorable mediation would have led the following government of Lizardo Montero to discard other options to deal with peace with Chile. The banishment of García Calderón deepened the differences with other politicians on how to deal with the outcome of the war.


Keywords: government of Francisco García Calderón, government of Lizardo Montero, War of the Pacific, USA.


Revistando a Francisco García Calderón como personaje histórico


La historiografía peruana ha tenido una evolución al evaluar críticamente las acciones del presidente Francisco García Calderón como personaje histórico durante la guerra con Chile, es decir, su imagen de héroe y hombre de su tiempo. Una de estas perspectivas plantea que García Calderón hizo todo lo posible como presidente para evitar la cesión de Tarapacá, pidiendo una paz honrosa en las negociaciones, por lo que fue tomado prisionero y llevado a Chile. En esa línea, Jorge Basadre, Luis Humberto Delgado y Héctor López sostuvieron que, ante la caída de Lima en 1881 en manos del ejército chileno, buscar una paz honrosa era la única alternativa posible1. Por su parte, la historiadora Margarita Guerra nos ofrece la principal contribución académica al respecto, al rescatar a García Calderón como defensor del Perú, distinguiendo a su gobierno por el patriotismo, el desinterés, abnegación y tener respaldo popular. La caída de Lima abrió una fase de negociaciones diplomáticas con la intervención de Estados Unidos y tendría en García Calderón a uno de los principales actores políticos que no se sujetó a la voluntad de Chile. No fue colaboracionista ni una marioneta y se enfrentó paralelamente a la dictadura pierolista2.

Con el paso del tiempo y a la luz de nuevas investigaciones de Julio Abanto y Aramis López se aprecia la división dentro de la clase política peruana y cómo la burguesía limeña adoptó la decisión de impulsar al gobierno de García Calderón para evitar la pérdida de Tarapacá, siendo el diario El Orden su vocero. Carmen Mc Evoy sostiene que ese gobierno fue un frente político de la elite limeña que activó sus contactos en el Perú y el extranjero para conseguir apoyo financiero y diplomático. Otros estudios muestran la relación de García Calderón con la Compañía Salitrera del Perú y Estados Unidos durante la guerra. Estos enfoques rescatan la necesidad de centrar y priorizar el análisis biográfico, por el que comprobamos que no solo fue un importante jurista e intelectual, sino que tuvo una activa participación económica y política, con una carrera ascendente hacia 1879: a temprana edad inició su carrera como jurista y docente universitario en Arequipa y escribió el Diccionario de la Legislación Peruana.

Tras la guerra con España en 1866 fue presidente de la Asamblea Nacional (1867), ministro de Hacienda (1868), gerente del Banco de Crédito Hipotecario (1873), gerente del Banco de la Providencia (1874), decano del Colegio de Abogados de Lima (1874-1876), senador y docente de la Universidad de San Marcos. De esta forma, se convirtió en un requerido consultor de los bancos y su estudio jurídico fue uno de los más solicitados en Lima3. La década de 1870 atravesó una crisis económica que se sumó a la caída del precio del guano y al fracaso del modelo de los consignatarios. Esto obligó a las entidades bancarias a asociarse y acopiar cuantiosos capitales que derivaron en el monopolio del salitre, una nueva fuente de ingresos para el Estado. En 1878 se creó la Compañía Salitrera del Perú, cuyo presidente y principal accionista fue García Calderón, quien colocó 800 acciones de un total de 8000 en la empresa. Tuvo también una relación estrecha con Henry Meiggs, el principal constructor de ferrocarriles en el país y cuya historia está plagada de testimonios de corrupción y despilfarro. Allí García Calderón fue nombrado vicepresidente de la Compañía de Obras Públicas y Fomento4. Todos estos antecedentes lo llevaron a tener un papel protagónico en la guerra.

Tras la batalla de Miraflores en enero de 1881, se vivió una situación caótica en la capital por el vacío de poder que produjo la salida del dictador Nicolás de Piérola a Junín. Para evitar la destrucción de la ciudad, se produjo la intervención del cuerpo diplomático y los chilenos ingresaron el día 17, sin ninguna autoridad peruana al frente con quien abrir conversaciones de paz. Piérola nombró plenipotenciarios a José Eusebio Sánchez, Antonio Arenas y Lino Alarco. Tras conferenciar con los diplomáticos chilenos Francisco Vergara y Eulogio Altamirano no lograron un acuerdo porque se pedía cesión territorial5. A inicios de febrero se conformaron comités políticos opositores a la dictadura y estaban integrados por el Partido Civil, el Partido Nacional pradista y el denominado círculo salitrero (Dioniso Derteano, Luciano Cisneros y García Calderón)6. El día 20, el exvicepresidente Luis La Puerta rechazó reasumir el mando y los comités decidieron crear un nuevo gobierno entre los candidatos Aurelio Denegri y García Calderón, siendo elegido este último el 23 de febrero. Así comenzó la historia de su gobierno que se extendería hasta 1883.

El presente artículo tiene como objetivo replantear la visión historiográfica sobre el papel que cumplió García Calderón durante la guerra del Pacífico, en especial a partir de la ocupación chilena de Lima. Por ello, reconstruiremos el surgimiento y composición política de su gobierno; además de las estrategias internacionales que adoptó para subsistir; adhiriéndose a un plan establecido con la Sociedad de Crédito Industrial de París y la Secretaría de Estado norteamericano7. Para ello se analizará información proveniente del Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, la Biblioteca Nacional del Perú, el Archivo del Instituto Riva Agüero y el Archivo del Museo Nacional de Historia, Antropología e Historia del Perú. Asimismo, revisaremos otras fuentes procedentes de los archivos personales de Ricardo Palma, Manuel Candamo y Heinrich Witt.


1. El surgimiento del gobierno de García Calderón y el fracaso de su consolidación interna (enero- junio de 1881)


La irrupción de García Calderón en el poder formalizó la existencia de dos gobiernos paralelos: uno en Lima y otro en Junín con Piérola, siendo innegable la intencionalidad chilena de sembrar la anarquía «en estas circunstancias, cuando debía reunir todos sus esfuerzos para poner término inmediato a las calamidades en la guerra»8. La situación se agudizó por la aplicación de drásticas medidas como la ley marcial y la ocupación de otras ciudades. Chile ofreció apoyar al nuevo gobierno entregando a los soldados prisioneros de la isla de San Lorenzo para formar nuevas fuerzas militares, pero no entregó el Palacio de Gobierno, ni consintió en desocupar la capital ni levantar el bloqueo de los puertos9.

García Calderón conformó su gabinete ministerial con Aurelio Denegri como presidente del Consejo de Ministros y pronto recibió actas de adhesión desde Chiclayo, Callao y Trujillo. Después de solucionar el 15 de marzo la atención de un cupo de guerra impuesto por Chile con el apoyo de las casas de comercio extranjeras, entre ellas Graham, Rowe & Co, Gildemeister10; celebró en marzo una conferencia con los diplomáticos chilenos Vergara y Altamirano, discutiéndose como bases de paz la entrega de Tarapacá, el pago de cuatro millones de libras esterlinas a Chile y la ocupación de Tacna. El presidente provisorio no consintió en entregar territorio sin antes consultar al Congreso. Posteriormente, García Calderón se trasladó el 12 de marzo a La Magdalena, un espacio neutral para despachar y lo convirtió en su sede de gobierno. Desde allí envió emisarios para conseguir la lealtad de los jefes políticos militares en el norte (Lizardo Montero), el centro (Andrés A. Cáceres) y el sur (Pedro A. del Solar), pero ninguno fue desleal con Piérola y este era reconocido en casi todo el país11.

Entre mayo y julio, con apoyo chileno, se equiparon dos expediciones militares contra Piérola que acabaron con pésimos resultados. La primera con 450 hombres al mando de Isaac Recabarren, la cual partió hacia Huaraz, combatiendo la resistencia del prefecto pierolista Tadeo Terry12. En Huaylas, ambas fuerzas acordaron el repliegue de las tropas de Recabarren a Lima. Sin embargo, la marcha fue apresurada y perdió casi la mitad de sus hombres en julio. La segunda expedición con más de 100 hombres partió a Tarma en la retaguardia de las tropas chilenas de Ambrosio Letelier. No obstante, se vio obligada a retornar a Lima, siendo tomado prisionero el coronel Manuel Carrillo Ariza13. Una tercera expedición partió al sur con los prefectos de Ayacucho y Cusco, Federico Herrera y Francisco Luna. Iban para Huamanga con 80 hombres, pero fueron detenidos y enviados a Arequipa14. Estos resultados desnudaron el escaso apoyo popular que gozaba García Calderón y mostraban un futuro poco prometedor.

Para contrarrestar este panorama, García Calderón convocó en mayo a un Congreso para discutir una salida diplomática a la guerra, pero desde el primer instante la falta de quorum fue su principal problema, motivando la crítica de Patricio Lynch, jefe de la ocupación chilena. El quorum que se necesitaba para la instalación de las Cámaras era 32 para la de senadores y 74 para diputados. De nada sirvió que el presidente provisorio exhortara y escribiera a diversos senadores15. Por ello, se organizaron en Lima elecciones para cubrir las plazas faltantes, apelando a un dispositivo legal del Congreso de 182216. Finalmente, el Congreso sesionó en Chorrillos el 10 de julio y confirmó a García Calderón en el puesto de presidente, legitimando su elección de febrero. No podría aceptar una paz que implicase cesión territorial, debiendo invitar a Bolivia17, pero ambas condiciones fueron rechazadas en agosto por el diplomático chileno Joaquín Godoy. Para agravar las cosas, ese mes 60 celadores abandonaron sus puestos y se sumaron a las tropas de Andrés A. Cáceres18 en el centro del país.

Mientras tanto, Piérola reforzó su unión con Bolivia para afrontar la anarquía política y viajó en junio a La Paz, comprobando la lealtad del aliado. También convocó a una Asamblea Nacional, donde presentó su renuncia el 28 de julio, pero fue nombrado en su lugar presidente del Perú. Los trabajos de este cuerpo legislativo se centraron en la aprobación de un Estatuto Nacional, la ratificación de un tratado comercial con Bolivia y la entrega de grados militares para los líderes del régimen19. No se priorizó la discusión de la paz. Hasta agosto la situación interna era cada vez más complicada para García Calderón y su existencia era precaria. En ese contexto apareció un actor internacional que incidiría en un cambio drástico de esa correlación de fuerzas: Estados Unidos. Su intervención se produjo mediante una nueva mediación propuesta por el secretario de Estado, James Blaine, y la activación del contrato con la Sociedad de Crédito Industrial, ambos actores externos favorables con el gobierno provisorio inclinarían la balanza de poder, sosteniendo la tesis de una paz sin cesión de Tarapacá20.


2. La influencia extranjera en el curso de la guerra: ascenso y caída de García Calderón (febrero – noviembre de 1881)


Los tenedores de los bonos de la deuda externa peruana se organizaron en comités. Los británicos conformaron la Peruvian Guano (bondholders) y la sección francesa fueron representados por la Sociedad de Crédito Industrial de París y la Casa comercial Dreyfus. En enero de 1880, los agentes peruanos Francisco Rosas y Juan Mariano de Goyeneche celebraron un contrato con el Crédito Industrial para administrar el guano, cesando el contrato vigente con la Peruvian desde 1876. Sin embargo, cuando Piérola asumió el poder desconoció todas estas negociaciones. El diplomático en Europa Toribio Sanz se encargó de retomarlas y después de largas conversaciones se firmó otro contrato en febrero de 1881 con el Crédito Industrial, por el cual se entregaría un adelanto de £300,000 (trescientas mil libras esterlinas): se recibieron las primeras £50,000 y otras £50,000 se reservarían para atender casos urgentes. Piérola tendría a su disposición tras la caída de Lima 100,000 libras esterlinas. Estos montos fueron transferidos por Sanz en giros desde Francia al consulado de Panamá, Lima y Huamanga21.

Como parte de la ejecución del contrato, la compañía francesa envió en marzo a Lima a su agente Francisco de Paula Suárez, exsecretario y operador para la consecución de los contratos sobre los ferrocarriles de Henry Meiggs. Se entrevistó con el canciller Manuel M. Gálvez y señaló que su misión era verificar la implementación del contrato, debiendo efectuar un estudio de la situación del país. Ofreció proporcionar los medios «para alcanzar una paz honorable y a la vez, salvar la integridad nacional», es decir, otorgar solo una indemnización a Chile. De esta propuesta ya tenía conocimiento Estados Unidos y posiblemente podrían apoyarlo Francia e Inglaterra. La cercanía de Suárez con García Calderón pudo influir en los cambios posteriores: el Crédito Industrial decidió apoyarlo y abandonó a Piérola. Esta decisión desconcertó a los funcionarios pierolistas como Sanz, Federico Larrañaga y Pío Echenique porque el Crédito Industrial se adhirió a García Calderón con la promesa de asegurarse el monopolio del fertilizante22.

Suárez regresó a Estados Unidos para buscar la cooperación del gobierno de James Garfield y apelar a la doctrina Monroe para recuperar Tarapacá. A estos esfuerzos se sumó Juan Federico Elmore, diplomático peruano en Washington, quien tendría un papel relevante en el reconocimiento internacional del régimen de García Calderón. Lo logró el 7 de mayo23, solicitó la mediación y logró el envío a Lima del diplomático Stephen Hurlbut, a quien se le ofreció una cena de despedida junto al secretario de Estado James Blaine y varios agentes del Crédito Industrial (Mr. Randall y Mr. Suárez). Este evento nos muestra la comunión de intereses y la magnitud de la operación política. Elmore marcharía a París para reunirse con los directivos del Crédito Industrial24. A su llegada a Lima, Hurlbut tuvo una actitud enérgica para imponer un arreglo sin cesión territorial y así se lo expresó al jefe chileno Patricio Lynch. Desde agosto pudo influir en el curso de la guerra al unificar políticamente al Perú con García Calderón y conseguir el apoyo de los principales jefes militares y romper comunicaciones con el gobierno de Piérola25.

Para contener esta arremetida, Lynch utilizó la información proveída por las legaciones de Inglaterra y Francia en Lima para conocer las intenciones reales de Estados Unidos. La Cancillería chilena le pidió explicaciones al diplomático norteamericano J. Kilpatrick sobre si su país tenía la intención de intervenir de la manera como Hurlbut lo proponía26. De esta forma, Chile comprendió que fue un grave error apoyar la ascensión como presidente de García Calderón, pues este tenía sus propios intereses en juego y había desarrollado una estrategia dependiente de la voluntad norteamericana y francesa. Sin embargo, este no fue un respaldo gratuito, pues hacia finales de 1881 se difundió la noticia del denominado «protocolo de Chimbote», por el cual el Perú entregaría en cesión a Estados Unidos el puerto de Chimbote para tener una estación naval, dándole mayor presencia en Sudamérica frente a los intereses imperialistas europeos. Se hablaba también de una cesión de minas de carbón, ferrocarril y diques27.

Para evitar perder lo conquistado en la guerra, Chile decidió eliminar al gobierno provisorio y empezó desarmando sus pocas fuerzas militares en septiembre y luego tomó posesión de su caja fiscal, dejándolo sin fondos. Estas medidas tuvieron su punto más dramático cuando Lynch ordenó el 28 de septiembre la suspensión del mandato de todo tipo de autoridad peruana, con excepción de las municipales28, provocando el destierro de García Calderón en noviembre. Pero ya era muy tarde porque se produjo el reconocimiento de los departamentos en su favor, motivados por la promesa de Hurlbut de no ceder Tarapacá. El 7 de octubre se produjo la rebelión de Arequipa, sumándose luego Puno y Moquegua. Pronto partiría un ejército expedicionario de 1200 hombres para tomar Cusco y posteriormente Huamanga, donde residía Piérola29. Este nombró a Francisco Ramos y Juan Martín Echenique como comisionados para conferenciar con los rebeldes y evitar un mayor derramamiento de sangre, pero fueron rechazados. Piérola quedó aislado y renunció al cargo de presidente el 28 de noviembre, llegando a Lima en diciembre30. Saldría para Francia en marzo del año siguiente.

Sin embargo, con la muerte del presidente Garfield, la salida del secretario de Estado Blaine, el relevo de Hurlbut por William Trescot y la asunción del vicepresidente Chester Arthur cambió totalmente el rumbo de la política exterior estadounidense y el plan de García Calderón. Para complicar más las cosas, aparecieron los reclamos de Cochet y Juan Teófilo Landreau, quienes aspiraban al control del monopolio del guano peruano, siendo declarados infundados31. En noviembre García Calderón fue desterrado junto con el canciller Gálvez a Chile. Antes se había casado con Carmen Rey Basadre32. Su apresamiento era una provocación directa de Chile porque era un gobierno reconocido por Estados Unidos. Por su parte, el Congreso de Chorrillos nombró vicepresidente a Lizardo Montero, quien se encontraba en Cajamarca y tenía muchas esperanzas en la intervención estadounidense para terminar con la guerra. Con el reconocimiento del general Cáceres, norte, centro y sur estaban a favor del gobierno provisorio33.


3. Gestiones en el destierro de García Calderón: su postura frente a la intervención al pacto de tregua con Bolivia y la mediación con Estados Unidos (1882)


En el primer semestre de 1882, Montero estuvo entre Cajamarca y Huaraz. Para mantener comunicación con Lima fue creada la Delegación del Supremo Gobierno, integrada por los civilistas Manuel Candamo y Carlos Elías. Frederick Frelinghuysen reemplazó a Blaine en la Secretaría de Estado y cambió drásticamente la política exterior norteamericana: hubo distanciamiento con el Perú y un acercamiento con Chile. Cuando William Trescot viajó a Chile en misión diplomática su opuso inicialmente a la cesión territorial34, pero pronto modificó su postura al firmar el 13 de febrero el protocolo de Viña del Mar con el canciller chileno José Manuel Balmaceda, con las siguientes bases: entrega de Tarapacá, pago de indemnización, ocupación de Arica y el uso del guano peruano. Entonces, la mediación se redujo a una formulación de buenos oficios, dejando atrás las promesas de Hurlbut, quien murió repentinamente el 27 de marzo. Trescot volvió a Lima y se reunió con los miembros de la Delegación y les informó que viajaría a Huaraz para conferenciar con Montero y el canciller Mariano Álvarez, debiendo marchar con algunos políticos civilistas, entre ellos el excanciller José Antonio García y García35.

Partieron desde el Santa el 3 de mayo. Sin embargo, no se aceptó la cesión de Tarapacá y Trescot regresó a Washington36. Por su parte, Bolivia no esperó la mediación y propuso una tregua, siendo el responsable de conseguirla el diplomático Juan Crisóstomo Carrillo, pero no tuvo mayores resultados porque Montero todavía creía posible la mediación. En opinión de Manuel Candamo, los negociadores peruanos Ramón Ribeyro y el canciller Álvarez tuvieron un triste y pobre papel al no aceptar la tregua37. Esto le costaría muy caro a Montero porque perdería una valiosa oportunidad de acercamiento con el aliado y en opinión de García Calderón, el vicepresidente no deseaba comprometerse a firmar la paz o aprobar la tregua. Sin embargo, Candamo y Elías tuvieron que contradecirlo, pues ambos recomendaron a Montero firmar la tregua y pedir el retorno de García Calderón como condición38.

En agosto las fuerzas chilenas quedaron conmocionadas por las victorias peruanas obtenidas por el general Cáceres en la sierra central y su respuesta fue imponer el pago de cupos de guerra, disolver a la Delegación civilista, desterrando a Candamo y Elías; además de iniciar una persecución sistemática contra otros políticos. Ese mes, Montero arribó a Arequipa y conformó su gabinete, entre ellos estaban Camilo Carrillo39 y Mariano Nicolás Valcárcel, miembros del gobierno de García Calderón. Montero viajó hacia La Paz para afianzar las relaciones con Bolivia y en noviembre retomaron las negociaciones de tregua, pero Chile ya no aceptaría sus términos y rehusó a tratar con el Perú. Solo lo haría con Bolivia con la intención de dividir a los aliados40.

Mientras tanto, la mediación norteamericana se propondría nuevamente a través del diplomático Cornelius Logan, quien asumió las demandas chilenas como términos de paz y obligó a los prisioneros peruanos a aceptar la pérdida de Tarapacá41 (Tabla 1).


Tabla 1. Negociaciones de paz entre García Calderón y Logan en 1882
Primera etapa
7-13 de septiembre Inicio de negociaciones ad referendum entre García Calderón y Logan. No se contempló un pacto de tregua.
14-15 de septiembre García Calderón viaja a Angol con Logan para reunirse con los prisioneros peruanos en petit comité, aceptando la cesión de Tarapacá, pero no de Tacna y Arica.
17 de septiembre García Calderón presentó a Logan el memorando de Angol con las siguientes condiciones: indemnización de guerra, cesión de Tarapacá, Chile pagaría la deuda peruana y rechazó la entrega de Tacna y Arica.
18 de septiembre-9 de octubre Se elabora un protocolo en base al memorando de Angol, colocando a Tacna y Arica en arbitraje.
11-18 de octubre Aceptación del ultimátum de Logan. Se agregó como condición la liberación del presidente en Arequipa y que el Congreso decidiría el destino de Tacna y Arica. No fueron aceptadas las bases y terminaron las negociaciones.
Segunda etapa
Noviembre García Calderón envía a José María Químper para abrir negociaciones con el presidente Santa María, pero fracasa porque se pidió la libertad de todos los prisioneros.
Diciembre Logan escribe a Montero explicándole que García Calderón había rechazado las bases de paz chilenas: cesión de Tarapacá y compra de Tacna y Arica por 10 millones de pesos. La carta fue publicada por un diario en Panamá y las negociaciones con Logan culminaron.

Fuente: Elaboración propia basada en Francisco García Calderón, Mediación de los Estados Unidos de Norteamérica en la guerra del Pacífico (Buenos Aires: Imprenta y Librería de Mayo, 1884).


La información sobre las negociaciones en Chile se filtró y una noticia señaló que García Calderón sería liberado y partiría a Arequipa, pero Elmore la tuvo que corregir tras reunirse con la Secretaría de Estado porque era inexacta42. En medio de esos rumores apareció en el diario La Estrella de Panamá una carta de Logan a Montero, causando un escándalo por hacerse pública una negociación reservada. Por su parte, los pierolistas señalaban que en esas conversaciones García Calderón entregaría «hasta su alma al diablo con tal de ser gobierno»43. Para fines de 1882, este tuvo una intensa actividad política en diversos asuntos como la fusión de partidos, formulada por Juan Martín Echenique para que los caudillos tuviesen representación en un nuevo Congreso que discutiese la paz e instalase un gobierno de concertación. Sin embargo, ni Montero ni Piérola tuvieron interés porque nadie deseaba ceder el poder y se alistaban para hacer frente a un nuevo gobernante promovido por Chile: Miguel Iglesias, exministro de Piérola44 y a quien se le ofrecieron aprestos militares y fondos. Había sido nombrado presidente regenerador por la Asamblea del Norte y aceptó todas las condiciones chilenas, estando dispuesto a entregar Tarapacá. Pero, fue un gobierno débil que no podía regir fuera de Cajamarca, su sede gobierno en el norte. Su irrupción en el escenario político provocó confusión en el pierolismo, pues la mayoría de los miembros vieron una excelente oportunidad para retornar a la presidencia. Algunos aceptaron puestos en el naciente gobierno, pero otros como el mismo Piérola lo declinaron45.


4. Exclusión de García Calderón y fractura interna del civilismo: crítica a Montero y el colapso del gobierno provisorio (1883-1884)


García Calderón estaba incomunicado con el resto de los prisioneros, diseminados en diversos puntos de Chile. En el cautiverio nacieron sus hijos y pasaría con su familia a Rancagua. Deseaba ser informado por los dirigentes civilistas Juan Antonio García y García y Pedro Correa y Santiago, pero estos se negaban a retomar contacto por las desavenencias políticas que surgieron. Lo intentó varias veces46. Luego sería trasladado a Chillán, ciudad donde estaban Candamo y Elías, quienes no deseaban su venida, pues sería un «reverendo fastidio, aparte de que con ese huésped se tendrá más fija la atención sobre nosotros, y quien sabe cuántas bromas nos vendrán»47. Para inicios de 1883, García Calderón había perdido la esperanza de ser liberado. Criticó el retraso de Elmore para contestar sus cartas48 y escribió a James Partridge, jefe de la legación norteamericana en el Perú, pues pronto regresaría sancionado a Washington por promover en Lima una mediación europea. Para ese momento era imposible que Estados Unidos impidiera que otras potencias se involucrasen en el conflicto, conforme a la doctrina Monroe49: no querían «contribuir a que se ponga término a esta horrorosa y tan larga guerra ni quieren tampoco que esos gobiernos contribuyan»50.

Mientras tanto en Arequipa se producía un nuevo escándalo: hubo denuncias de corrupción en las elecciones para el nuevo Congreso, con la intervención del mismo Montero y que tenía la intención de desplazar a García Calderón de la Presidencia51. Candamo no entendía cómo Montero se envolvió en estas conspiraciones, sin «comprender y sentir la necesidad que el país tiene de la paz y pensar seriamente en llegar a ella»52. García Calderón confiaba en Montero y si el Congreso deseaba sacarlo del cargo «se lo agradecería de corazón [...]. Pero comprendo que no lo hará, porque eso sería dar gusto a Chile». Tuvo razón, pues fue ratificado y envió documentos que sirvieron para el debate parlamentario53. En mayo, Logan le informó a García Calderón que Iglesias firmó un protocolo de paz con estos términos: cesión de Tarapacá, ocupación militar de Tacna y Arica por 10 años y pago a los acreedores, por lo que le pedía una nueva entrevista para intentar una mediación54, pero el presidente lo rechazó. En julio estallaría otro problema: que envolvía a La Tribuna de Lima y La Época de Santiago porque ambas publicaron una carta de García Calderón a Iglesias, lo que se consideró un gran error al inculpar la inactividad a Montero, pues podría provocar un cisma con Arequipa55. A pesar de estos errores, el civilismo lo consideró «un gran camote y nada más; y sin embargo ese camote es de lo mejor que tenemos»56. Por su parte, el pierolismo también criticó la referida carta; aunque se mantuvo al margen de la discusión57.

En julio, tras la caída del ejército de Cáceres en Huamachuco, se produjo la expansión del gobierno de Iglesias, dejando completamente desorientado a Montero, al punto de caer «ridículamente, sin haber tenido la energía de ir de frente y con decisión a la paz y sin haber hecho nada por la guerra»58. En Lima, Denegri reapareció encabezando una comisión que debía reunirse con Montero, llegando a Arequipa el 11 de septiembre. Se especulaba que había otra comisión integrada por Luis Felipe Villarán que iba a entenderse con García Calderón59, pero fue desmentido. Denegri consiguió el nombramiento en octubre de Guillermo Seoane para abrir negociaciones con las fuerzas chilenas. Sin embargo, Seoane no tendría ningún éxito. En Chile, García Calderón continuaba aislado, pero tenía un nutrido intercambio epistolar con sus corresponsales, como su hermano Manuel, senador en Arequipa. Tenía una gran presión porque combatió una denuncia sobre sus intereses comprometidos con una deuda de 800000 libras esterlinas en favor de la Compañía Salitrera del Perú, de la que era su presidente60. Lo consideró una calumnia y preparó su defensa con el testimonio de Juan Antonio García y García, publicando su obra La mediación de Estados Unidos en la guerra del Pacífico. Se defendió en otro proceso judicial donde fue acusado de emisión fraudulenta de billetes en 1881 y sobre la cual la Corte Suprema chilena indicó que no tenía jurisdicción, siendo su abogado el jurista chileno Ambrosio Montt61.

El tratado de paz era inevitable y sus condiciones onerosas fueron aceptadas por Iglesias, demostrando que no solo como nación nos habían «arruinado y humillado, sino que nos han impuesto el gobierno que han querido»62. Ratificado el tratado en marzo de 1884, crecía la efervescencia social con el retorno de Piérola a Lima y la libertad concedida a García Calderón el 8 de abril63. Este salió hacia Europa para no ser perseguido por Iglesias y no afectar a su familia por la nueva guerra civil que habría con Cáceres. Decidió continuar expatriado, aceptando con resignación el sacrificio64 y deploró que el panorama político fuese peor cada día, pues «la serie de errores y de traiciones de que hemos sido víctimas, me parece que el Perú tiene que seguir rodando, hasta que del exceso del mal nazca el remedio»65. Pese a todo, seguía la evolución de las cosas en el Perú: «Seguimos siendo locos y nuestras locuras pueden arrastrar al país, a un abismo tan profundo que no será bastante para salvarlo, el buen deseo, ni los esfuerzos aunados de los buenos elementos»66.

Regresó al país en 1886, siendo elegido rector de la Universidad Mayor de San Marcos; fue uno de los principales promotores de su reconstrucción y en los años siguientes fue senador; además de un muy respetado jurisconsulto y reputado académico. Sobre las actividades económicas posteriores no se han efectuado estudios y representa un gran vacío para la historiografía. Mantuvo relaciones con los antiguos socios de Meiggs como Charles Watson, brindándole asesoría jurídica siendo a la vez senador. Murió en 190567.


Conclusiones


Recorrer la biografía de Francisco García Calderón durante la guerra con Chile nos permite apreciar a un renombrado personaje académico e intelectual que fue elegido presidente provisorio en una coyuntura tan grave como fue la ocupación chilena de Lima en 1881. La visión historiográfica tradicional lo presenta como un mandatario que asumió una postura de no ceder territorio para negociar la paz. Esa posición le costaría ser tomado prisionero y desterrado a Chile. Mantuvo su conducta intachable en las conversaciones diplomáticas que tuvo durante su cautiverio, viviendo momentos difíciles con su familia hasta su liberación en 1884 y su retorno al Perú en 1886. En suma, según este enfoque, su martirio consolidó la imagen del ciudadano heroico que no dudó en marchar al sacrificio por la patria, arriesgando sus bienes y hasta a su propia familia; soportando el exilio y toda clase de vejámenes, con la frente en alto.

No obstante, esta investigación complementa, aporta y discute el rol político y económico que cumplió García Calderón durante la guerra, al estar comprometidos sus intereses y los de su grupo social. Eso explica su ascenso como gobierno en 1881, aprovechando las relaciones sociales construidas por su experiencia en cargos políticos, académicos y económicos que cosechó a lo largo de su vida, incluyendo al empresario Henry Meiggs.

Recordemos que su llegada al poder en La Magdalena representó una escisión de la unidad nacional que giraba hasta ese momento en torno a la figura de Piérola. Chile buscaba un tratado de paz con la cesión de Tarapacá y aprovechó las tensiones entre los partidos políticos, procurando un régimen que pudiera manipular y aceptara todas sus condiciones.

Sin embargo, el fortalecimiento del gobierno provisorio fue en ascenso, pero nació con una congénita debilidad a nivel interno: fracasaron todas las llamadas de adhesión popular y el envío de expediciones militares para recuperar el control de las regiones. La situación se agravó por las complicaciones para reunir al Congreso de Chorrillos, cuerpo legislativo llamado a debatir y ratificar los acuerdos de paz. En medio de este triste panorama apareció como única opción la intervención franco-norteamericana, permitiéndole conseguir el reconocimiento de su gobierno y maniobrar independientemente de Piérola y Chile, obligando a renunciar al primero y presionando al segundo para que aceptase la no cesión de Tarapacá. Esto motivó la airada reacción chilena que culminaría con la disolución del gobierno de García Calderón y su aprehensión.

Como vemos el presidente provisorio trazó una estrategia audaz, adhiriéndose en un doble juego: con una alianza interna (civilismo, pradismo y la Compañía Salitrera del Perú) y otra alianza externa (Sociedad de Crédito Industrial de París y Estados Unidos). La compañía francesa aportaría los capitales y la Secretaría de Estado su égida diplomática. Por casi dos años buscó alcanzar la paz reteniendo Tarapacá. Chile dejó de negociar con él y dio preferencia a Iglesias porque aceptó todas sus condiciones, ignorando por completo a Bolivia al punto de romper la alianza, otro de los objetivos geopolíticos chilenos. Sin embargo, el plan de García Calderón que dependía por completo de la intervención extranjera no prosperó por la muerte del presidente Garfield y el repliegue de la compañía francesa. A partir de ese instante, la mediación norteamericana sería cada vez más favorable a Chile y dejó desorbitado al vicepresidente Montero, quien todavía confiaba en no perder Tarapacá.

La persecución chilena en 1882 terminó con el destierro de los principales políticos civilistas y las relaciones con García Calderón se deterioraron rápidamente tras las conversaciones con Logan, que intentaba forzar una nueva mediación norteamericana. Todos accedieron a perder Tarapacá, pero no consintieron entregar Tacna ni Arica. Para ese momento, Chile apostó por Iglesias, al aceptar incondicionalmente todas sus propuestas. La fractura del civilismo se hizo más grande y Montero quedó en Arequipa atrapado en casos de corrupción; mientras que García Calderón resultó apartado de las principales decisiones de Estado y polemizó con otros prisioneros como Candamo y Elías. Después del tratado de Ancón y el encumbramiento de Iglesias, García Calderón fue liberado, partió hacia Europa y no volvería al Perú hasta 1886. Los partidos políticos y el aparato económico quedaron prácticamente devastados por la guerra, haciendo que la reconstrucción nacional fuese enmarcada en un proceso de lenta y progresiva recuperación.



* Estudiante de Doctorado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.


1 Jorge Basadre, Historia de la República, tomo VIII (Lima: Editorial Universitaria, 1964), 2640; Luis Humberto Delgado, El cautiverio de Francisco García Calderón (Lima: American Express, 1938).

2 Margarita Guerra, La ocupación de Lima (1881-1883), El gobierno de Francisco García Calderón (Lima: PUCP, 1991), 167; Daniel Parodi, La laguna de los villanos: Bolivia, Arequipa y Lizardo Montero en la Guerra con Chile (1881-1883) (Lima: PUCP-IFEA, 2001), 25. Margarita Guerra, «La burguesía y la guerra con Chile», en La experiencia burguesa en el Perú (Madrid - Frankfurt: Iberoamerica–Vervuert, 2004), 262.

3 Carmen Mc Evoy, Guerreros civilizadores. Política, sociedad y cultura en Chile durante la Guerra con Chile (Lima: Centro de Estudios Bicentenario-Perú, 2016), 362; Julio Abanto, Encarando el desastre. El conflicto hegemónico entre la burguesía limeña y los terratenientes serranos del norte (1881-1884) (Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2012); Julio Abanto, El Congreso de la República en la Guerra con Chile: Chorrillos, Ayacucho, Cajamarca y Arequipa, 1881-1883 (Lima: Ediciones del Rabdomante, 2017); Aramis López, «“Salvad la patria con la ley, y olvidáos de las personas”: Discurso político del gobierno provisorio de Francisco García Calderón a través del diario El Orden», Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales 58 (2020), 245-274; José Ballón, Blaine y Martí en la dialéctica de la Guerra del Pacífico (Ciudad de México: UNAM, 2006); Carlos Donoso y Alfonso Díaz, «Un singular resabio de la Guerra del Pacífico: La Compañía Salitrera del Perú (1878-1912)», Revista de Indias 82 (2022): 206-211, https://doi.org/10.3989/revindias.2022.007.

4 Camprubí, Carlos. Historia de los Bancos en el Perú (1860-1879) (Lima: Editorial Lumen, 1957), 341-343-347; Enrique Amayo, «Crisis y clase dominante: Perú 1876-79. Banca, deuda externa y salitre», en La Guerra del Pacífico (Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1985), 58; Francisco García Calderón, Mediación de los Estados Unidos de Norteamérica en la guerra del Pacífico (Buenos Aires: Imprenta y Librería de Mayo, 1884), 53; Donoso y Díaz, «Un singular resabio de la Guerra del Pacífico», 200-201. Cuando García Calderón llegó al poder como presidente, su designación fue aplaudida por John Meiggs, quien le pidió que intervenga en los contratos para la administración del ferrocarril central y las minas de Cerro de Pasco. Carta de John Meiggs a Charles Watson. Londres, 1 de mayo de 1881. Más información en Alejandro Salinas, Estudio socio-histórico del Epistolario Meiggs (1866-1885) (Lima: Seminario de Historia Rural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2007).

5 Carta de Gambetta a Piérola. Lima, 23 de febrero de 1881. Cartas de Manuel Irigoyen y Lino Alarco a Piérola. Lima, 11 y 14 de febrero de 1881 en Biblioteca Nacional del Perú (BNP), Archivo Piérola, sobres 5000000640, 5000000944, Diario de Heinrich Witt, Lima, 11 de febrero de 1881, en Ulrich Mücke, El diario de Heinrich Witt, vol. 9 (Boston y Leiden: Brill, 2016). 2016, 510.

6 Apuntes para la Memoria del Ministerio de Gobierno dirigido al Congreso de Chorrillos. Magdalena, 12 de julio de 1881 en Archivo del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú (AMNAAHP), Colección Velarde, legajo 7, carpeta 9.

7 Aurelio García y García, Memoria que presenta el secretario general de Estado a la Asamblea Nacional de 1881 (Panamá: Imprenta de El Canal, 1881); Mariano Paz, Narración histórica de la Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia (Lima: Imprenta y Librería de Mayo, 1884), 667; Margarita Guerra, «La burguesía y la guerra con Chile», 260; Ballón, Blaine…, 73-75.

8 Carta de C. Basadre a Manuel Velarde. Tacna, 26 de marzo de 1881 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 3, carpeta 62.

9 Cartas de Toribio Sanz a Piérola. París, 15 y 30 de abril, 25 de agosto, 30 de septiembre de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000650, 5000000857, 5000000764, 5000000944, Diario de Heinrich Witt, Lima, 9 de marzo de 1881, en Mücke, El diario…, 523.

10 Guerra, La ocupación…; Carta de Gambetta a Piérola. Lima, 8 de marzo de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000944.

11 Gonzalo Bulnes, Guerra del Pacífico, tomo 3 (Valparaíso: Universo, 1919), 58; Paz, Narración histórica…, 738-739, Diario de Heinrich Witt, Lima, 9 y 12 de marzo, 3 de abril de 1881, en Mücke, El diario…, 523, 535, 525.

12 Francisco Yábar, La Campaña de la Resistencia en los Andes, 1881- 1883 (Lima, 2009), 447. Diario de Heinrich Witt, Lima, 16 de mayo de 1881, en Mücke, El diario…, 552.

13 Abanto, Encarando el desastre…, 64-71; López, «“Salvad la patria con la ley, y olvidáos de las personas”: Discurso político del gobierno provisorio de Francisco García Calderón a través del diario El Orden», 261-264; Guerra, La ocupación de Lima…; García y García, Memoria que presenta…; Yábar, La Campaña de la Resistencia…, 499; Carta de José Aduvire a Nicolás de Piérola. Huaraz, 11 de mayo de 1881; Carta de Luis Milón Duarte a María Valdez, Concepción, 29 de mayo de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000642, 5000000866; Cartas de Hiram al diario El Canal, Lima, 22 de junio y 1 de septiembre de 1881 en Norman Guice, Crónicas de la guerra con Chile (1881-1883) (Lima: Mosca Azul Editores, 1984), 35, 75.

14 Herrera y Luna fueron sentenciados a pena de muerte. Tras la mediación del obispo de Arequipa, el dictador Piérola le conmutó la pena por prisión en Puno. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 6 de julio de 1881 en Guice, Crónicas …, 35, 75.

15 Cartas 115 y 116 de García Calderón a José Antonio García y García. Lima, 27 de abril y 9 de junio de 1881 en Archivo Histórico del Instituto Riva Agüero (AHRA-IRA-PUCP), Colección Denegri, Documento FDL 1116.

16 Carta de Gambetta a Piérola. Lima, 6 de abril de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000944. Apuntes para la Memoria del Ministerio de Gobierno dirigido al Congreso de Chorrillos. Magdalena, 12 de julio de 1881 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 7, carpeta 9.

17 Patricio Lynch, Memoria que presenta el general en jefe del ejército de operaciones en el norte del Perú (Lima), 99. Oficios del Congreso de la República al Ministerio de Relaciones Exteriores. Chorrillos, 14 y 18 de julio de 1881 en Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (ACMREP), caja 279, file 27. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 8 de junio de 1881 en Guice, Crónicas …, 29.

18 Cablegrama de Patricio Lynch al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Lima, 4 de agosto de 1881, en Rogger Ravines, Partes oficiales de la Guerra del Pacífico. 1880-1882 (Lima: Editorial Los Pinos, 1992), 76.

19 Cartas de Melchor Pastor y Norberto Elespurú a Piérola, Lima, 14 marzo, 9 de junio de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000641, 5000000642. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 23 de agosto de 1881, en Guice, Crónicas …, 72.

20 Abanto, Encarando el desastre; Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 31 de mayo de 1881, en Guice, Crónicas…, 74.

21 Cartas de Toribio Sanz a Piérola y a la Secretaría de Hacienda. París, 31 de enero, 15 de febrero y 16 de agosto de 1881. Carta de Pío Echenique a Piérola. Nueva York, 19 de abril de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000798, 5000000856, 5000000857, 5000000927, 5000000939.

22 Ballón, Blaine…, 87-88; Cartas de Pío Echenique, Toribio Sanz y Federico Larrañaga a Piérola. Panamá, 5 y 7 de abril, 15 de mayo de 1881. París, 15 de abril, 16 de mayo y 30 de junio de 1881. Carta de Francisco de Paula Suárez a Piérola. Panamá, 2 de marzo de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000610, 5000000764, 5000000857, 5000000862.

23 Bulnes, Guerra del Pacífico, 65-67; Lawrence Clayton, Estados Unidos y el Perú. 1800-1995 (Lima: Centro de Estudios Internacionales, 1998); Guerra, La ocupación…; Carta de Gambetta a Nicolás de Piérola, Lima, 14 de marzo de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000944. Oficios del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en China y Japón, Lima, 22 y 26 de marzo de 1879 en ACMREP, CC 133. Oficios 1, 3, 4 y 8 de Elmore al Ministerio de Relaciones Exteriores. Washington, 29 de abril, 7 y 18 de mayo de 1881 en ACMREP, caja 279, carpeta 6, Estados Unidos, 1881.

24 Ballón, Blaine…, 107, 109; Oficios 9, 10 y 16 de Elmore al Ministerio de Relaciones Exteriores. Nueva York, 2 de julio de 1881; ACMREP, caja 279, carpeta 6, Estados Unidos, 1881; Oficio 35 de Elmore al Ministerio de Relaciones Exteriores. Washington, 29 de junio de 1883 en ACMREP, caja 283, carpeta 31, Estados Unidos, 1883.

25 Alejandro Garland, Los conflictos sudamericanos en relación con los Estados Unidos (Imprenta La Industria, 1900), 10, 14. Julio Abanto, El Congreso de la República en la Guerra con Chile: Chorrillos, Ayacucho, Cajamarca y Arequipa. 1881-1883 (Lima: Ediciones del Rabdomante, 2017), 54-58; Ballón, Blaine …, 137- 147; Cablegrama de Patricio Lynch al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Lima, 4 de agosto de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 76. Cartas de Hiram al diario El Canal, Lima, 3 de agosto, 21 y 28 de septiembre de 1881, en Guice, Crónicas…, 61, 82 y 84.

26 Cablegramas de Patricio Lynch al presidente Santa María, Lima, 10 de octubre y 14 de diciembre de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 79-88, 100. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 19 de octubre de 1881, en Guice, Crónicas …, 94.

27 Guerra, La ocupación de Lima; Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 7 de diciembre de 1881, en Guice, Crónicas…, 112.

28 Paz Soldán, Narración histórica…, 762-765; Bulnes, Guerra del Pacífico; Lynch, Memoria que presenta …, 205; Cablegramas de Patricio Lynch al Ministerio de Guerra de Chile, Lima, 5 y 27 de septiembre de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 81, 85. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 5 de octubre de 1881, en Guice, Crónicas…, 88.

29 Carta del coronel José de la Torre al Ministerio de Guerra. Arequipa, 8 de octubre de 1881. Carta de Pedro A. del Solar a Nicolás de Piérola. Andahuaylas, 1 de noviembre de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000611, 5000000612.

30 Decreto del Ministerio General. Ayacucho, 27 de octubre de 1881. Carta de los comisionados Francisco Ramos y Juan Martín Echenique al coronel Belisario Suárez. Abancay, 21 de noviembre de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobres 5000000612, 5000000927. Cablegrama de Patricio Lynch al presidente Santa María. Lima, 7 de diciembre de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 99.

31 García Calderón se vio involucrado en un debate con el diario La Época de Santiago sobre la cuestión Landreau. Lynch, Memoria que presenta …, 109-111; Bulnes, Guerra del Pacífico, 98-101, 159; Carta de Hiram al diario El Canal. Lima, 28 de diciembre de 1881, en Guice, Crónicas…, 122.

32 Guerra, La ocupación de Lima..

33 Carta de Lizardo Montero a Piérola, Cajamarca, 22 de octubre de 1881 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000647. Carta de Hiram al diario El Canal, Lima, 12 de octubre de 1881, en Guice, Crónicas…, 91; Cablegrama de Patricio Lynch al presidente Santa María. Lima, 7 de noviembre de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 93.

34 Instrucciones a los delegados del Supremo Gobierno, Cajamarca, 23 de noviembre de 1881 en ACMRE, CC 150. Cartas de Hiram al diario El Canal, Lima, 18 y 25 de enero de 1882, en Guice, Crónicas…, 129, 130; Cablegrama de Patricio Lynch al Ministerio de Guerra de Chile, Lima, 27 de diciembre de 1881, en Ravines, Partes oficiales…, 102.

35Cartas de Hiram al diario El Canal, Lima, 8 y 15 de febrero, 29 de marzo y 5 de abril de 1882, en Guice, Crónicas…, 134-158; Oficio 76 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, 1 de abril de 1882 en ACMRE, caja 282, file 17, Agentes confidenciales, 1882.

36 Carta 117 de Lizardo Montero a José Antonio García y García. Huaraz, 21 de abril de 1882 en AHRA-IRAPUCP, Colección Denegri, Documento FDL 1116; Oficio 117 de Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, 3 de mayo de 1882 en ACMRE, caja 282, file 17, Agentes confidenciales, 1882.

37 Oficios del Ministerio de Relaciones Exteriores a la Delegación de Lima, Huaraz, 28 de abril y 3, 10 y 24 de julio de 1882 en ACMRE, CC 150. Carta de García Calderón a Elmore, Valparaíso, 23 de enero de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri. Documento FDL 2049. Cartas 151 y 152 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Chillán, 04 y 05 de julio de 1883, en De la Puente Candamo, José y De la Puente Brunke, José, ed., Epistolario de Manuel Candamo (1873-1904) (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2008), 377-379.

38 Oficio de la Delegación del Supremo Gobierno al Ministerio de Relaciones Exteriores. Chillán, 8 de julio de 1883 en ACMRE, caja 285, file 9. Agentes confidenciales. 1883. Cartas 80, 204 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Valparaíso, 13 de octubre de 1883. Chillán, 28 de febrero de 1883. Carta de Carlos Elías a Manuel Candamo. Baños de los Cauquenes, 23 de febrero de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 299, 667-668.

39 Algunos de los desterrados fueron José Antonio García y García, Manuel Candamo, Carlos Elías, Manuel Gonzales de la Cotera, el boliviano Zoilo Flores, José María Quimper, José Antonio de Lavalle, Dionisio Derteano, Mariano Álvarez; entre otros, en Martín 1972: 13. Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia. Arequipa, 7 de diciembre de 1882 en ACMRE, CC 260.

40 Oficio de la legación del Perú en Francia a la legación del Perú en Estados Unidos. París, 3 de enero de 1883 en ACMRE, caja 282, file 3. Francia. 1882. Carta 92 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Chillán, 21 de marzo de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 302.

41 Patricio Ibarra, La guerra en cautiverio. Los prisioneros de la Guerra del Pacífico (Santiago: Legatum Editores, 2017), 288; Garland, Los conflictos …, 26-30; Carta de García Calderón a Julio Villanueva. Rancagua, 28 de febrero de 1884 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049. Carta 22 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Angol, 15 de noviembre de 1882, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 203.

42 Oficios 128 y 130 de Elmore al Ministerio de Relaciones Exteriores, Washington, 9 y 19 de octubre de 1882 en ACMRE, caja 281, file 14, Estados Unidos, 1882. Oficios de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos a Elmore, Washington, 16 y 19 de octubre de 1882 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000798.

43 Piérola viajaría a Estados Unidos para entrevistarse con el secretario de Estado Frelinghuysen, Carta 122 de Francisco García Calderón a José Antonio García y García, Santiago, 13 de enero de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 1116.

44 Ibarra, La guerra en cautiverio…, 276-277; Carta de Juan Martín Echenique a Francisco García Calderón y Nicolás de Piérola, Lima, 22 y 27 de diciembre de 1882 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000831.

45 Carta de James Partridge a García Calderón, Lima, 14 de marzo de 1883, en García Calderón, Mediación …, 139-140; Carta de Gregorio Real a Nicolás de Piérola, La Punta, 10 de marzo de 1882 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000831.

46 Ibarra, La guerra en cautiverio…, 278-279; Carta 122 de Francisco García Calderón a José Anotnio García y García, Santiago, 13 de enero de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 1116.

47 Carta 134 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 04 de junio de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 355.

48 Carta de Francisco García Calderón a Manuel Velarde, Valparaíso, 6 de febrero de 1883 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 19, carpeta 127. Carta de Francisco García Calderón a Juan Federico Elmore, Valparaíso, 23 de enero de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049.

49 Carta de Francisco García Calderón a James Partridge, Valparaíso, 24 de febrero de 1883, en García Calderón, Mediación…, 130-136; Oficio 13 de la legación del Perú en Estados Unidos al Ministerio de Relaciones Exteriores. Washington, 1 de marzo de 1883 en ACMRE, caja 283, file 31, Estados Unidos. 1883; Carta 92 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 21 de marzo de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 302.

50 Carta 99 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 02 de abril de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 308.

51 Abanto, Encarando el desastre…,149-152.

52 Cartas 93 y 118 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 22 de marzo y 07 de mayo de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 299, 334.

53 Carta de Manuel María del Valle al coronel Manuel Velarde, La Paz, 6 de abril de 1883 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 3, carpeta 101; Carta de Mariano Nicolás Valcárcel a Julio Villanueva, Arequipa, 8 de junio de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049.

54 Carta de Cornelius Logan a Francisco García Calderón, Santiago, 23 de mayo de 1883, en García Calderón, Mediación…, 142.

55 Carta 155 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 11 de julio de 1883. Carta de Carlos Elías a Manuel Candamo. Baños de los Cauquenes, 23 de febrero de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 383, 667-668.

56 Carta 153 y 154 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón. Chillán, 08 y 11 de julio de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 382, 383.

57 Carta de Nicolás de Piérola a Aurelio García y García, Antonio Arenas, París, 11, 15 de agosto, 17 de diciembre de 1883 en BNP, Archivo Piérola, sobre 5000000964.

58 Carta 161 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Chillán, 22 de julio de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 388.

59 Carta de José M. Vélez al coronel Manuel Velarde, La Paz, 13 de septiembre de 1883 en AMNAAHP, Colección Velarde, Legajo 3, carpeta 97, Oficio 171 del Ministerio de Relaciones Exteriores a la legación del Perú en Bolivia, Arequipa, 20 de septiembre de 1883 en ACMRE, CC 260.

60 Carta de García Calderón a Manuel Velarde, Rancagua, 19 de octubre de 1883 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 19, carpeta 126. Carta de Manuel García Calderón a Julio Villanueva, Arequipa, 20 de octubre de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049.

61 Ibarra, La guerra en cautiverio…, 277-278; Carta 125 de García Calderón a José Antonio García y García, Carta 125, Rancagua, 31 de julio de 1883 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 1116.

62 Carta 201 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Valparaíso, 06 de octubre de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 445.

63 Carta 203 de Manuel Candamo a Teresa Álvarez Calderón, Valparaíso, 13 de octubre de 1883, en De la Puente Candamo y De la Puente Brunke, Epistolario…, 449; Carta de Domingo del Castillo a Julio Villanueva. Oruro, 25 de febrero de 1884 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049.

64 Ibarra, La guerra en cautiverio…, 282; Cartas de Francisco García Calderón y Mariano Nicolás Valcárcel a Julio Villanueva. Valparaíso, 19 de abril de 1884. La Paz, 8 de agosto de 1884 en AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049. Carta de Francisco García Calderón a Manuel Velarde, Valparaíso, 7 de mayo de 1884 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 19, carpeta 114.

65 Carta de Francisco García Calderón a Manuel Velarde, Valparaíso, 14 de mayo de 1884 en AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 19, carpeta 128.

66 AMNAAHP, Colección Velarde, legajo 19, carpeta 116. Carta de Francisco García Calderón a Manuel Velarde, Buenos Aires, 17 de octubre de 1884. AHRA-IRA-PUCP, Colección Denegri, Documento FDL 2049. Carta de Francisco García Calderón a Julio Villanueva, Buenos Aires, 26 de julio de 1884.

67 Salinas, Estudio socio-histórico…, 122.



Referencias



Fuentes primarias


Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (ACMREP), Lima-Perú.


Archivo del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú (AMNAAHP), Lima-Perú.



Archivo Histórico del Instituto Riva Agüero (AHRA-IRA-PUCP), Lima-Perú.



Biblioteca Nacional del Perú (BNP), Lima-Perú.


Fuentes secundarias



Abanto, Julio. Encarando el desastre. El conflicto hegemónico entre la burguesía limeña y los terratenientes serranos del norte (1881-1884). Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2012.


Abanto, Julio. El Congreso de la República en la Guerra con Chile: Chorrillos, Ayacucho, Cajamarca y Arequipa. 1881-1883. Lima: Ediciones del Rabdomante, 2017.


Amayo, Enrique. «Crisis y clase dominante: Perú 1876-79. Banca, deuda externa y salitre». En La Guerra del Pacífico. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1985.


Ballón, José. Blaine y Martí en la dialéctica de la Guerra del Pacífico. Ciudad de México: UNAM, 2006.


Basadre, Jorge. Historia de la República, tomo VIII. Lima: Editorial Universitaria, 1964.


Bulnes, Gonzalo. Guerra del Pacífico, tomo 3. Valparaíso: Universo, 1919.


Clayton, Lawrence. Estados Unidos y el Perú. 1800-1995. Lima: Centro de Estudios Internacionales, 1998


Camprubí, Carlos. Historia de los Bancos en el Perú (1860-1879). Lima: Editorial Lumen, 1957.


De la Puente Candamo, José y De la Puente Brunke, José, ed. Epistolario de Manuel Candamo (1873-1904). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2008.


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