Mirada caleidoscópica a los cuentos “una felicidad repulsiva” y “una madre protectora”

Resumen

Desde tiempo antiguos, el hombre a través del aforismo griego “Conócete a ti mismo” ha iniciado una búsqueda que parece no tener fin, desde este precepto la sociedad es una variante para determinar la falta de: esencia, libertar, empatía y demás elementos que por medio de la literatura son explorados. La humanidad desde su génesis no ha dejado de “relatar” ese verbo tan corto pero conciso, devela la compleja necesidad de expresar a través de las letras experiencias vividas. 

Es este sentido, se trae a colación dos cuentos que hacen parte del libro Una felicidad repulsiva, escrito por el Argentino Guillermo Martínez, uno de ellos alude al título de la obra y es la pieza inicial, una historia con matices variados los cuales sumergen al lector en un juego metaficcional, donde la felicidad es el eje temático y sus personajes giran alrededor de esa sensación, que todo sujeto desea obtener. De esta manera, Martínez abre la puerta a secretos familiares, pugnas clasistas y grietas emocionales, que hacen parte de la naturaleza del hombre.

Así mismo, se retoma la historia “Una madre protectora”, con el que se da por concluido el libro, donde el personaje principal traspasa los límites de la maternidad desde un interés desmedido por el hijo, fascinación que emerge en el vientre y continua de manera exagerada con el nacimiento y posteriores etapas de desarrollo. Se puede juzgar las actitudes de ella o más bien compaginar con el amor enfermizo, de esta forma la mujer encarnar el prototipo de madre perfecta que desea hacer lo imaginable para que su hijo este a salvo y aunque son perturbadoras las acciones que realiza, es probable que una madre como dice el título “protectora” justifiqué el actuar del personaje.

El lector entonces, lograr sentirse identificado con el simbolismo de la maternidad en todo su esplendor, esa que ama, cuida, protege, alimenta, vela, enseña y sobre todo no se equivoca... Al parecer una maternidad idealizada, casi sublime. En este orden de ideas, los dos cuentos son un entramado de historias que ejemplifican la crudeza del sujeto ante la vida y sus atormentadas realidades.